domingo, 15 de agosto de 2010

cap. 56: La Ira Y El Final.

XxX: Hola, gente. -reconocería esa voz donde fuera. Y en el salón entra Gustav, con las llaves de Tom, o eso creo. No, las miro bien pero son una copia de las de Tom. -¿Qué cojones...?
Nellie: Gustav... -siento las mariposas de mi estómago. Siento la sonrisa que se forma en mis labios, nunca me había curado, pero yo he aprendido a vivir con el dolor de haberle perdido. Me levanto de estar agachada, Bill me mira, sabe que nunca lo olvidé, que nunca seré de él. Que mi corazón siempre es y será de Gustav, porque por mucho que lo intente, no puedo odiarle ni olvidarle. Veo que debajo del brazo trae un regalo, algo que es muy grande y plano, no sé, me da igual; ahí está él, todo lo demás me da igual. Me da igual romper el frágil corazón de Bill, me da igual que vea que siempre quise a Gustav que nunca lo olvidé que aunque el sea mi amigo no puedo reprimir el hacerle daño. Corro hasta Gustav, cuando llego a él le abrazo, le abrazo fuertemente, me lleno con su aroma. Mis pulmones aspiran aquel aroma, del que tengo un bote metido debajo de la cama, como si fuera mi pequeño tesoro.
Nellie: Lo siento... -no puedo mirarles a la cara. -Siento mucho hacerte daño Bill, siento todo aquello que pasó, perdóname Gustav. -me están fallando las fuerzas, mis piernas caen, no puedo sostenerme en pie.
Gustav: ¿Qué te pasa?
Nellie: Te he echado tanto de menos...
Gustav: Nadie se lo ha contado ¿verdad? -le miro incrédula.
Bill: Nellie, Gustav se ha casado hace unos 2 meses... -¡¿Qué?! Algo estalla en mi mente, un dolor, una rabia...
Nellie: Lárgate de aquí. -señalo la puerta de salida, deja lo que serían mis regalos de cumpleaños... Por eso odio el día de San Valentín porque aunque sea mi cumpleaños, siempre creo que son de amor y no de amistad.
Bill: ¿Estás bien, Nellie? -pero no le respondo, me levanto, con la cara mirando al suelo voy a mi habitación. Me pone la mano en el hombro, la aparto, le retuerzo la muñeca ni siquiera oigo sus lamentos, oigo mi propio dolor en primera persona, murmuro un lo siento pero debo irme.
Bill: Vamos, Nellie, cálmate. -me encierro en mi habitación, sin Gustav la vida no tiene sentido, no por lo menos para mí. Me miro en el espejo de gran tamaño que me regaló Helena por mi anterior cumpleaños. Me pongo la música, pongo Evanescence, Everybody's Fool, recuerdo como Amy Lee golpeaba un espejo en el videoclip, tambien recuerdo que el cristal de un espejo tambien puede llegar a cortar, incluso mejor que un cuchillo. Lo golpeo, caen un montón de trozos, la sangre recorre todo mi brazo.
Bill: Ábreme, Nellie...-hace girar el picaporte sin ningún tipo de resultado, la puerta no se abrirá hasta que yo muera. Cojo un trozo, miro como su cuchilla resplandece bajo la lámpara de techo...
Nellie: Es mi hora. -digo, alzando un poco la voz.
Bill: Para, por favor. - pero sus lamentos llegan como un susurro. Llega, veo a la muerte en persona, sonriéndome con cara traviesa. Sé que la última vez no lo consiguió pero esta vez sí, sonríe, has ganado la partida. Te doy la razón. Venga, es la hora; susurra en mi mente, clavo con fuerza el cristal y lo muevo para que se agrande más la herida. No puedo evitar gritar... Sale borbotones de mi sangre manchando la alfombra de pelo blanco del Ikea. Antes de irme, noto la mano caliente de Bill, mi amigo Bill, mi amante secreto, no intentes salvarme, de esta no sobrevivo, la muerte me quiere ya a su lado. No lo intentes... Mierda... El túnel de luz, que pronto ha llegado para mí...

BILL
Nellie muere en mis brazos y yo sin poder hacer nada, mi vida, mi amiga, mi secreta enamorada, ¿por qué te vas? Lloro sin resignación, lloro sin poder aguantarlo, ella se ha desprendido de la vida por Gustav.

Dos días después de su muerte, estamos celebrando su velatorio. Nora y yo haremos el honor de cumplir el deseo de Nellie, ser incinerada y echada en mi lugar de nacimiento. No sé si lo hizo porque quería mucho a Tokio Hotel o porque le gustó nuestra ciudad pero ya no está, ya no volveré a ver su dulce sonrisa. Gustav ha venido, que ganas tengo de meterle una paliza. Pero Tom me detiene, sé que Gustav lo hizo para que se olvidase de él porque no quería volver a verla sufrir. En el velatorio veo a sus padres, a Nora, Helena y Tom, abrazados, él intentándola calmar pero no puede; una chica de cabello negro cortado muy corto, Nora me comenta que es Lydia, antigua amiga de su hermana. Veo más gente que ya no me interesa. ¿Qué haré ahora que tú no estás ya en mi vida? No tengo sueños ni ilusiones, ningún aliciente para seguir... Pueda que te siga dentro de poco. Espérame a las puertas del cielo, por favor.

cap. 55: El Lío.

Cuando oigo que Gustav nos va a venir a vernos, me desespero. ¿Y si su aroma hace mella otra vez en mí? ¿Y después de recuperarme, vuelvo a caer? ¿Qué debería hacer?
Nellie: ¿Y cuándo vienen? -pregunto con total naturalidad.
Bill: El finde que viene.
Nellie: Pues creo que no voy a estar porque me dijo la Sra. Smith que tenía una reunión con los de la sucursal de EEUU. Tengo que ir yo de intérprete. -que excusa tan buena me ha salido.
Tom: Pero ella es inglesa ¿no?
Nellie: No, estubo casada con un inglés. Por eso lo del apellido.
Bill: Una pena porque podías haberle visto. Bueno, me disculparé por tí. -dice acariciando mi cabeza como si fuera un perro.
Nellie: Volveré lo antes posible por lo menos para despedirme. -¡Mentira! ¡Sucia mentira! ¿Qué te pasa, Nellie? ¿Por qué evitarle? Para que no me vuelva a doler el corazón.
Tom: Podríamos irnos por ahí, que hace buen día.
Bill: Tienes razón, comamos en algún lado.
Helena: ¡Sí!
Nellie: Id vosotros, yo ya he hecho mi comida. -enseño un bol de ensalada con palitos de cangrejo, unos cherry y queso fresco.
Helena: Tú no quieres salir porque no quieres ver a los enamorados por la calle.
Nellie: Mira, otra razón. -odio mi cumpleaños y ver a las parejas haciéndose arrumacos, mientras yo no tengo ni un solo pretendiente. ¡Es odioso!
Helena: Nos vamos tú y yo ¿no, Tom?
Tom: Claro, princesa. -le levanta de su regazo y la lleva en volandas hacia la puerta. -Nos vemos luego. Ya me contarás que tal Bill. -miro a Bill con cara de no enterarme de nada. Cuando salen de casa, Bill me mira...
Nellie: ¿A qué se refería?
Bill: Él se refería a esto. -me mira, saca una rosa de la espalda. -Nellie, he intentado echar este sentimiento de mi pecho pero no he podido. Sé que es tu cumpleaños pero quiero que veas que te quiero, desde que entraste por la puerta. Tom lo sabía porque sabe como me comporte cuando algo me gusta...
Nellie: Me encanta...
XxX: Hola, gente.

sábado, 14 de agosto de 2010

cap. 54: Un Año Y 6 Meses Después.

Jefa: De las Heras.
Nellie: ¿Sí, Sra. Smith?
Jefa: Quiero que este papeleo llegue mañana a la entidad de Suiza, ¿estamos?
Nellie: Sí, Sra. Smith. -después de lo de Gustav, no pude ir al trabajo durante unos meses pero de pronto es como si las partes de mi corazón se hubieran reconstruido y tiraran de mí. Bill estubo a mi lado todo el rato. Ahora puedo llamar a Gustav con normalidad, el primer día que le llamé, oir su voz fue como una bala en mi corazón y me eché a llorar, yo tambien oí a Gustav sofocándose. Aún sigo sitiendo esas mariposas.
Jefa: De las Heras, ¿me estás escuchando?
Nellie: Claro que sí. -Bill me ha ayudado a curarme, a sentirme bien.
Jefa: Son las dos, envía esto a Suiza y vete a casa.
Nellie: Claro, Sra. Smith. -mi jefa es una señora de mediana edad, unos 35 a 40 años. Gorda y señorona, aunque es fácil de tratar con ella; siempre lleva los labios de rojo y peinada con un moño alto y grande, su atuendo de oficina es de un traje femenino, con falda, negro o azul marino, y de vez en cuando, una blusa. Trabajo en un oficina financiera de secretaria de la Sra. Smith. Salgo del trabajo y cojo el autobús hasta  Cuatro Caminos, donde tengo alquilado un piso con Helena, mi mejor amiga, que está estudiando en la Universidad de Comillas, pagada por mis padres. Abro la puerta de mi casa y allí está ella, con Tom Kaulitz, paso hacia el salon y en la cocina encuentro a Bill, haciendo unas tortitas.
Nellie: ¡Bill!
Bill: ¿Qué?
Nellie: Prepara algo sano para comer. Déjame hoy cocino yo.
Helena: ¿Te han ascendido o algo?
Nellie: No, la Sra. Smith me ha dejado salir antes, te recuerdo que es mi cumpleaños.
Tom: El día de San Valentín, que bonito.
Nellie: Pues a mí no me parece tan bonito, es un día consumista que odio con toda mi alma.
Me voy a la habitación, a cambiarme de ropa, me pongo unos vaqueros anchos, las zapatillas de andar por casa, que son supersuaves, y una camiseta de manga larga con cuello de barco.
Bill: Estás preciosa.
Tom: Estaría mejor desnuda. -Helena lo golpea en las costillas, Tom y sus bromas bastas. Me pongo el delantal y me preparo para cocinar, he pensado hacer algo especial, he traído de la pescadería unas doradas buenísimas y que al horno tienen que estar muy buenas. De repente, suena Eminem ft. Rihanna, es mi móvil. Miro la pantalla del móvil, es Georg.

Georg: Hola, Nellie.
Nellie: Hola, Georg. ¿Qué tal?
Georg: Pues bien, ¿podrías pasarme con don MiMóvilSiempreEstáApagado?
Nellie: El Sr. MiMóvilSiempreEstáApagado, ¿está? -coge Bill mi móvil y habla con él. Se pasan hablando una eternidad. -¡Bill! ¡Mi saldo! -es una llamada de cobro revertido y Georg habla desde Alemania, esto me saldrá por todo mi sueldo.
Bill: Ya esta, mujer-rata.
Nellie: No soy una mujer-rata, no quiero dejarme ahí mi sueldo con el que pago todo esto.
Tom: ¡Eh! Que nosotros también pagamos.
Helena: ¿Qué quería Georg?
Bill: Que la próxima semana vienen a vernos. Él y Gustav.
Tom: ¡Qué guay! -¡Oh, mierda! Puedo hablar con Gustav por teléfono pero no sé si podré verle y aguantar las lágrimas.

cap. 53: Nueva Vida Sin Él.

Cuando llegué a casa me esperaba Bill, había llevado a mi hermana y a Helena a casa.
Bill: Nellie...
Nellie: Déjame, Bill. -le aparté a un lado y me metí en mi habitación, cerré con un portazo. Empecé a llorar, no podía creer que delante de mis padres pasara serena y aguantara pero ver a Bill con aquella expresión de que se haya arreglado todo, me dió mucha pena porque había mandado una historia bonita a la basura, a pesar de las inseguridades, los celos y demás. ¡Qué pena de historia!
Los lagrimones que caían de mis ojos, los limpiaba con aquel precioso vestido, cada vez que lo acercaba a mi nariz podía respirar la esencia de Gustav, eso hacía que llorara aún más. Mientras, al otro lado de la puerta, estaba Bill, escuchando mis lamentos que eran para el aire. Pensaba que ya no podría vivir, que no podría seguir con mi vida normal. Creía que ya no había nadie a mi lado, aunque estubiese Helena y Nora, ya no tenía a nadie.
Nellie: Ya no tengo a nadie... -lloraba. Entonces Bill empezó a golpear la puerta, con muchas ganas, creo que era con el puño.
Bill: ¿Cómo que no tienes a nadie?
Nellie: Quería a Gustav, ahora sin él ya no me queda nadie. Nadie que me diga aquellos te quieros susurrados al oído, a los que soy adicta. Quiero a Gustav.
Bill: Entonces ¿por qué lo has dejado con él?
Nellie: Porque mehacía daño, me hacía mucho daño que él fuera feliz sin mí, que hiciera su vida sin que él me recordase...
Bill: En eso te equivocas. Gustav siempre te echaba de menos, no paraba de hablar de ti y de todo lo que haciais. ¿Crees que no pensaba en ti? -negué con la cabeza. Miré a Bill a los ojos que parecían los ojos más paternales del mundo. -Gustav, me ha llamado en cuanto has bajado del coche; vuelve a Leipzig, a relajarse, a intentar olvidarte. Aunque no creo que él pueda solo, así que le he pedido a Georg que le acompañe. Tambien he llamado a la discográfica y me han dicho que tendremos un periodo de hasta dos años de vacaciones. He pensado en pasarlas con vosotras. -Nora se puso muy feliz cuando lo oyó pero yo no podía estar feliz, Gustav no iba a estar, no iba a poder arreglarlo con él, no podía llamarle y pedirle que volviera porque sería muy egoísta. Me guardé en el pecho todo lo que sentía por él y ahí guardado está todavía porque, incluso ahora, sigo sintiendo esas cosquillas en el estómago cuendo le veo.

cap. 52: Se Acabó.

Después de aquella noche, decidí que no podía seguir así; si yo le quería y él a mí pero ¿qué debía hacer con las dudas cuando estubiese por ahí? ¿Qué debería de hacer con las inseguridades y los celos?
Quisiera que esto no fuera tan duro, quisiera que esto no tuviera que ocurrir, quisiera que el amor fuese más fuerte que las inseguridades, el miedo, los celos y la distancia.
Nellie: Gus, he decidido que cortemos.
Gustav: Pero... Explícamelo.
Nellie: No puedo estar todo el día insegura, pensando en donde estarás, con quien, sintiendo que te pierdo. -salen lágrimas de mis ojos. -Yo te quiero mucho y no quisiera perderte para siempre...
Gustav: Entonces, ¿por qué lo haces?
Nellie: Porque no quiero seguir así de insegura, sintiéndome como un perro al que abandonas cuando es vacaciones y que seguirá aquí esperándote.
Gustav: Mi niña...
Nellie: Compréndelo, por favor.
Gustav: Lo comprendo pero tengo miedo. Me abandonas...
Nellie: Quiero que seamos amigos, amigos que se cuenten todo, amigos que estén ahí...
Gustav: De acuerdo, pero algún día te recuperaré y haré que seas feliz. -me abrazó, sentir su colonia entrando por mi nariz era algo... ¡Excitante!
Volví a casa, descansada, serena, sabiendo que había hecho bien las cosas. Gustav me llevó a casa, nos besamos por última vez, un último beso de sabor dulce y melancólico, ojalá pudiera recordar perfectamente su sabor porque así no olvidaría nunca a Gustav. Al subir a casa, esperaba que mis padres me echasen la bronca por dejar sola a Nora pero no, subí y me encontré con una sorpresa inesperada.

lunes, 9 de agosto de 2010

cap 51: Peleas y Riñas.

Nellie: ¿Quién me dice lo contrario? -pero estando con él; me atraía, era una sensación de indefensión que no podía vencer.
Gustav: Por favor, escúchame...
Nellie: No quiero oirlo, déjame. -salí de aquel coche, empapada de lágrimas. Él me siguió, corriendo, intentando que me quedase a su lado.
Gustav: Sabes que lo que he hecho era porque me lo pidieron los productores, eres la única que hay. -saqué mi cigarrillo del bolso y mi mechero personalizado con fotos nuestras, aún sigo guardándolo con cariño. Encendí aquel pitillo, que me sentó muy bien... lo disfruté a tope -Nellie...
Nellie: ¿Qué creías? No soy tan buena como aparento. Por favor, todo el grupo lo sabía así que no te hagas el loco. -metí otra calada, que bueno es el sabor cuando no hay otra cosa que hacer, cuando tu corazón dice basta y tu cabeza piensa ¡Dale por culo! Maldito corazón, maldita mente, maldita yo. Pasó un coche con la música a todo trapo, de dentro salía la canción de Fito y Los Fitipaldis, Corazón Oxidado.
Nellie: Mi pobre corazón oxidado
Mi pobre corazón encogido
Mi pobre corazón todo el daño
Mi pobre corazón todo lo bueno vivido
Mi pobre corazón lo mas malo
Mi pobre corazón lo divino, lo valiente, lo cobarde, lo esperado, mi virtud y mi defecto, mi barranco y mi camino
Mi pobre corazón no importa que sea pequeño
Mi pobre corazón siempre te hecha de menos
Mi pobre corazón que no le caben ya las penas
Siempre que me duele me lo llevo de verbena. -han metido la pata al llevar esa música, y más cuando una no puede ser sincera, porque me han hecho daño, porque él ya no busca mis besos, porque ya no le importo. -Llévame a casa, por favor.
Gustav: No te voy a dejar sola, además tus padres saben que esta noche no volverás a casa. -agarráme bien fuerte, déjame que te quiera un rato, por favor... Subimos a su habitación y allí, arropada con sus brazos me dormí.

miércoles, 30 de junio de 2010

cap. 50: En La Discoteca.

Karla nos acompañó hasta que la llamaron para que atendiera su puesto de trabajo. Cuando entramos sonaba la canción Alejandro de Lady GaGa, Nora y Bill iban de la mano, él agarraba la mía, recuerdo su mano cálida, yo sujetaba a Helena. Quería llevarla al lado de Tom Kaulitz, pero nada más entrar, ahí estaba él, se acercó a mí.
Gustav: Hola guapa. ¿Cómo te llamas? -las lágrimas se me desbordaron.
Nellie: Soy Nellie.- él abrió los ojos de par en par.
Gustav: Tú...- me giré, yéndome en dirección al guitarrista. Me acerqué a él, entregué la mano de Helena y volví al lado de mi hermana y el cantante. Tiré de mi hermana para ir a la pista de baile; Nora, sabiendo lo que me pasaba, no se quejó. Después de un buen rato me dijo que quería descansar y se alejó de mí, yo me dirigí a la barra, quería cogerme un Bayleys, así que me lo cogí y pregunté a la camarera si podía fumar. Otra vez, he vuelto con el vicio, mierda de todo.
Gustav: ¿Qué haces aquí?
Nellie: Pasarlo bien, o lo intento. -cogí mi copa y fui a buscar una mesita desocupada, al final me fui una cama de por allí, coloqué con cuidado la bebida sobre la bandeja de madera, me senté en plan sirena, y allí estuve.
De repente, empecé a notar que alguien me miraba, que quería tenerme por encima de todo pero hice caso omiso y me fui.
Más tragos, más cigarrillos y aquel al que no quería ver detrás de mí. Salí fuera para que me diera el fresco aire de la noche. Miraba las estrellas cuando él se sentó a mi lado, ya no huí, me puse los cascos del móvil y la música, justo empezó a sonar una canción triste, White Horse. Contén las lágrimas, niña tonta. -pensé para mí. Quería estar al otro lado del mundo, no quería estar cerca de él.
Nellie: Me has fallado.
Gustav: Pero...
Nellie: Lo que hagas o lo que digas... Ya no me sirve. -me levanté. -Pronto me iré de aquí, a un lugar donde nunca me encontrarás.
Gustav: Te conozco.
Nellie: ¡No! ¡Tú no me conoces! -estaba furiosa. -Lo pasaste bien con aquella chica ¿no? Creo que ahora es mi turno de pasarlo bien con quien quiera.
Bill: ¿Qué pasa?
Nellie: Yo creo que me voy, que me encuentro muy mal.
Bill: Yo te llevaré.
Nellie: ¡No! Tienes que cuidar de Nora. Iré en autobús o algo. Seguro que si hago dedo me coge alguien. -sonreí, forcé una sonrisa que no sentía.
Bill: Vale, toma para un taxi.
Nellie: No quiero dinero, llevo mi abono, con eso me vale.
Gustav: Yo te llevo.
Bill: Gustav... -le miró mal y luego comentó. -Acabas de sacarte el carnet, ¿seguro que vas a poder?
Gustav: Por mi chica, lo que sea. -Bill lo miró aún peor, eso miraba hubiera descuartizado al batera.
Nellie: Vale. -yo empezaba a estar bajo los efectos del alcohol. Subí en el coche de Gus, metió el contacto y metió marcha al automóvil, me dormí. Me desperté cuando noté que el coche ya no funcionaba. Abrí los ojos, estaba muy lejos de mi casa, estaba en frente a un hotel, en Plaza de Castilla, el hotel de una de las torres gigantes que allí construyeron.

La puerta del coche se abrió y él me tendió, como si fuera su protegida, pero aparté su mano sin más dilación. Rechazaba mirarle a los ojos, mirarle a él era como meter la pata en algo.
Gustav: Mírame. -yo negué con mi cabeza. -Mírame, por favor.
Nellie: No quiero mirarte, ni sentir que estás cerca mío. -al pasar al lado de una farola me mareé un poco. Me agarré a aquel adorno urbano. Serían un poco más allá de las 4:30AM, las bebidas me sentaron fatal y poté en la calle.
Gustav: ¿Estás bien?
Nellie: No me toques, tengo orgullo.
Gustav: ¿Qué te pasa conmigo?
Nellie: No deberías preguntarme. Ya lo sabes, lo que haces con tus fans. -me dolía el pecho, me dolía mucho. -No quiero hablar de ello. Llévame a casa...
Gustav: Haber si ahora he hecho todo esto para quedarme a solas contigo...
Nellie: Y follarme...
Gustav: Sabes que no soy así.

lunes, 28 de junio de 2010

cap. 49: ¡Fiesta!

Nellie: Me gustaría pero si veo a Gustav, sé que la armaré, no me apetece verle.
Helena: Vámonos tú y yo al Kudeta.
Nellie: Eso, como nos cuelan, no hay problema con la edad de Nora.
Nora: Eso que yo quiero ir. Vente Bill, deja un poco de lado a la banda.
Nellie: Que se te ven las intenciones, sister.
Bill: Claro, ¿por qué no?
Helena: Nora, llama a tu amiga, Carla.
Nora: Es Karla, con K. -la mira mal. Se pone a hablar con su amiga, que dice que no tiene problema en colarnos.
Nora: Gracias, Karlita.
Bill: Pues nada, vamos ¿no?
Nellie: Pues claro. -me pongo a vestirme delante de Bill. Él no tiene problema. Él elige nuestra ropa. El de mi amiga es el de la izquierda, con unos tacones altos blancos y unos lazos blancos en la melena. El mío también es negro, el de la derecha, con unas sandalias romanas con tachuelas y unos pendientes largos con corazones de plata, mi pelo recogido en una coleta. Bill nos mira y nos remira, nos cambia algunas cosillas por aquí y por allá. Nos miramos en el espejo, estamos guapísimas e incluso cambiadas. Nadie me reconocería así.
Nora: Ahora me toca a mí.
Bill: Claro. Vén morena de bote.
Nora: Malo... ¿Cómo lo sabes?
Bill: Por las fotos. Me gusta más tu pelo natural. -ella se sonroja.
Helena: Venga, queremos ver que le pones a ella.
Bill viste a mi hermana con un minivestido muy bonito, rojo, el que aquí os pongo, con unas manoletinas rojas y con una diadema también roja. ¡Qué guapa estaba!
Bill: ¡Qué guapa estás!
Nellie: ¿Y tú qué, Bill?
Bill: Yo así voy bien.
Helena: Claro, como Bill es famoso le dejarían entrar hasta en gallumbos de mercadillo. -Bill la mira mal pero luego se ríe. Cogemos el metro hasta una parada, que ahora mismo no recuerdo, y luego un autobús, el búho 903, creo.
Bill: Ahora que me acuerdo. Nuestro mánager nos dijo que teníamos que ir a una discoteca, donde van todos los famosos y...
Nora: Ahí es donde vamos.
Bill: Posiblemente nos encontremos con los chicos. -ya no quiero ir, si me voy a encontrar con Gustav. Helena me agarra del brazo y murmura unas palabras de consuelo. Ella está nerviosa, verá a Tom desde hace un año.
Nora: Ya hemos llegado. -en la puerta nos espera una chica muy guapa. -¡Karlita! Mira con quien vengo. -y señala a Bill.

cap. 48: Inseguridad.

Cada vez tengo más inseguridad, encima ya solo quedan dos meses para que él vuelva a por mí. Gonzalo no paró de llamarme pero no dejé que fuese más allá de besos en la mejilla. Helena no se fue de casa al final pero los problemas no tardarían en reaparecer. A Penélope la echaron  de su trabajo, estaban haciendo recortes. Así que la economía bajó un poco, teníamos un montón de ahorros pero no era en plan de seguir como siempre, el dinero para comprar se bajó a 200€ por persona. Así que, Nora, Helena y yo íbamos juntas de compras y así poder gastar un poco más. Unos meses después, mi madre fue recontratada en otra empresa con mayor sueldo.
Nellie: Papá, Penélope, he decidido irme con Gustav cuando él venga por mí.
Damián: ¿Seguro, cariño?
Nellie: Sí, cuando él me recoja, me iré con él en sus giras.
Penélope: De acuerdo.
Damián: Cielo, no podemos dejar que nuestra hija se marche así sin más.
Penélope: Tiene 19 años, creo que es suficiente mayor para saber lo que quiere.
Nellie: Gracias, Penélope. -me marché, mientras recorría el pasillo hacía las escaleras.
Damián: ¿Por qué la dejas ir?
Penélope: No creo que ese chico vaya a venir por ella, no ha recibido ningún email, ni mensaje. Además en la revista de Nora veníaque se le había visto acompañado de una chica pelirroja yendo a cenar y a una discoteca. ¿Qué? -pensé. -No puede ser, Gustav vendrá a por mí. Él me quiere. Me prometió que vendría a por mí, mañana vendrá con sus cálidos brazos y me abrazará y me besará, y mientras vamos al avión, haremos el amor, sin que el chófer nos mire.
Pero a la mañana siguiente no vino nadie, ni por la tarde, recibí un SMS de él, diciéndome que todo se había retrasado un poco que hasta dentro de un mes o más no vendría, respondí su SMS con otro llamándole mentiroso. Ví en la revista de Nora que lo que decía mi madre era verdad, se habían besado y abrazado e incluso, se notaban que lo habían hecho. Entonces sonó mi móvil.
XxX: Hola.
Nellie: ¿Quién? -dije sollozando.
XxX: Soy Bill.
Nellie: Ah, hola, Bill.
Bill: ¿Qué te pasa?
Nellie: Nada. ¿Qué tal la gira?
Bill: Pues nada, mañana irá Tom a recoger a Helena.
Nellie: Entonces, tienen razón. -susurré.
Bill: ¿Qué pasa?
Nellie: Me ha mentido. ¿Por qué lo hizo?
Bill: Pásame con Gus, anda.
Nellie: No está.
Bill: Anda, deja las bromitas.
Nellie: No está... -empecé a llorar.
Bill: Pero, si iba a verte ahora...
Nellie: No está. Él me engañó. Yo... soy una estúpida.
Bill: Espera, ahora voy para allá. -él me colgó. Gustav estaba con otra, ¿qué hice mal? ¿Eh, Gustav? Podrías haberme llamado. Y decirme que ya no me querías, hubiera callado, hubiera llorado pero te habría dejado de esperar como una niña que espera que su conejito reviva. Me metí en mi baño, me preparé la bañera, cerré con pestillo, pusé mi música muy alto y me sumergí. Amy Lee gritaba letras de Going Under, y yo hacía lo mismo que ella, ahogándome en mis propias lágrimas. Oí el murmullo del tono de mi móvil, me estaba quedando sin aire, tenía que salir. Emergí con falta de aire, Helena gritaba al otro lado de la puerta, decía que Bill venía hacia aquí, que esperara, que Bill me contaría la verdad.
Nellie: Yo sé la verdad, él no quiere estar conmigo.
Helena: Eso no es cierto.
Nellie: Sí lo es. ¿Por qué siempre me enamoro de los que me hacen más daño? Soy idiota. -me volví a sumergir en la bañera. Después de mucho tiempo, el agua estaba congelada pero me daba igual. De repente, alguien llamó a la puerta. No contesté. Siguieron llamando.
Nellie: ¡Qué me déjeis en paz!
XxX: Abre, soy Bill.
Nellie: No.
Bill: Venga, no me seas tozuda.
Nellie: No. ¿Por qué me ha hecho esto? Yo te prometí que no le haría daño Bill, ¿ahora que hago yo con este roto corazón?
Bill: Lo siento, Nellie.
Nora: Nellie, sal, por favor.
Nellie: No pienso salir hasta que él venga y me cuente la verdad. Que sea sincero como yo lo fui con él. -de repente, unos golpes en la puerta, querían derribarla. Emergí de nuevo, me puse el albornoz y quité el pestillo. -Ya estoy aquí, ¿qué os pasa? Una no puede ni bañarse ni sufrir.
Bill: Siento lo de Gustav.
Nellie: Da igual. Sabía que no me quería, la pena es que yo me lo creí como una tonta.
Helena: ¿Qué te parece que hoy vayamos a la discoteca?
Nellie: Claro que sí. Un poco de fiesta me vendrá bien.
Bill: Veniros con nosotros.

domingo, 27 de junio de 2010

cap. 47: Pasamos Una Pagina.

Nellie: No pienso hablar mediante intermediarios.
Helena: Vale. -se echó en la cama y se quedó dormida.
Nora: ¿Le sigues queriendo?
Nellie: No, voy a cortar esto de raíz.
Nora: ¿Crees que un día él volverá a por ti?
Nellie: Sí.
A las 10 llamé a Gonzalo.

---CONVERSACIÓN TELEFÓNICA---

Gonzalo: ¿Sí?
Nellie: Buenos días.
Gonzalo: ¡¿Nellie?!
Nellie: Sí pero no grites.
Gonzalo: ¿Por qué me llamas?
Nellie: Me lo ha contado.
Gonzalo. Así que...
Nellie: Sí, vamos a hablar tranquilamente sobre todo y ver que podemos hacer.
Gonzalo: Dentro de una hora.

---FIN---

Me vestí con unos vaqueros, una camiseta y una chaqueta, me peiné y salí. Como un día cualquiera de Diciembre, estaba nublado y eso hacía que mi humor estubiera muy gris. Llamé a Gonzalo y quedamos en una pizzeria cercana a su casa. La verdad es la única pizzeria que abría a aquellas horas, así que fue fácil de encontrar. Me senté en una mesa, al lado de una ventana que daba a un jardín lleno de rosales sin florecer. Pasaron 2 cuartos de hora, ya me iba a ir cuando apareció.
Nellie: Ya era hora, tardón.
Gonzalo: Perdona. -se acercó a la mesa en donde yo estaba. Nos dimos dos besos, todo fue normal, como si nunca nos hubiéramos peleado.
Nellie: Venga, hablemos de lo que verdad importa.
Gonzalo: Te tengo que decir una cosa. Lo del otro día, estaba con Helena para que me ayudase a reconquistarte, ella me besó para demostrarme su amor pero yo no lap uedo corresponder.
Nellie: Igual que yo ya no puedo corresponder.
Gonzalo: ¿Por qué? Te has enamorado de Gustav de TH ¿no? -yo asentí.
Nellie: Yo he venido a decírtelo porque quiero ser sincera y no hacerte falsas ilusiones o esperanzas.
Gonzalo: Pero... -le tapé la boca con la mano.
Nellie: Lo siento Gonzalo. -me levanté del banquito, recubierto de cuero artificial. Salí por la puerta. Él me siguió y se apoyó en un coche muy viejo.
Gonzalo: ¿Crees que él volverá a por ti? Él nunca te querrá como yo lo hago.
Nellie: En él si puedo confiar. -pero, en realidad, cada día estaba más insegura.

cap. 46: La Traicion.

Varios meses después de nuestra llegada, yo pensaba que lo de Gonzalo y Helena, como ella había dicho, no había nada. Un día, yendo de compras con mi hermana, Nora, íbamos riendo y contándonos cosas de cuando la semana que yo no estuve, resulta que el cambio de look viene porque, como ahora soy su heroína, quería parecerse a mí.
Nellie: No hacía falta que tiñeses el pelo, con lo bonito que lo tenías. ¡Tonta! -le di un capón indoloro.
Nora: Joo, no seas mala hermanita. -levantamos la vista y vimos a Gonzalo y a Helena, besándose. Mi amiga, después de lo que había escuchado por teléfono, sentía rabia y furia. Me sentía traicionada, ¿cómo podía...? Tenía que habérmelo contado. -¡¡Serás hija de puta, Helena!!
Nellie: ¡Nora! Vamos que no nos joda la tarde de risas que hemos tenido. -Helena venía hacía nosotras, no quería verla.
Helena: Espera, Nellie.
Nellie: Vámonos, Nora, ella sabrá. Nosotras ya no nos importa ella. -mi amiga empezó a sacar sus lágrimas.
Nora: No nos vengas con lágrimas de cocodrilo Dandee. Mete a la mierda, eres la peor amiga del universo.
Nellie: Nunca debí sacarte de aquella casa. -me miró sorprendida, muy sorprendida.
Helena: Nellie...
Nora: Mi sister te ha ayudado y tú le pagas con esto. Eres lo peor, escoria. -yo me giré, quería irme a seguir la tarde con mi hermana.
Helena: ¡Nellie! Háblame...
Nellie: Tú y yo ya no somos amigas, ya me has traicionado demasiado, es más, quiero que te vayas con tu Gonzalito, o con tus queridos padres, no quiero que vuelvas a dormir conmigo, diciéndome cosas falsas al oído. ¡Mentirosa! -Nora, me siguió, diciéndome que mi ex-amiga merecía una paliza. -Bah, da igual, no pienso malgastar energías con esa traidora. -pero me dolía, me dolía el corazón. Cuando por la tarde llegamos a casa, Nora y yo hablamos con Penélope y Damián, le contamos que no queríamos que Helena siguiese aquí, en casa.
Penélope: ¿A qué viene esto? Helena es tu mejor amiga ¿no?
Nora: Mamá, ella ha hecho daño a tu hija, la insultado y la ha traicionado.
Damián: ¿Es eso verdad? -guardé silencio. -Respóndeme.
Nellie: Sí. -oculté mi cara, estaba a punto de llorar. No quería que nadie me viese llorar por culpa de esa zorra.
Penélope: Papá y yo meditaremos el tema con sumo cuidado. -cuando nos alejamos un poco del comedor donde ellos estaban.
Nora: Hermanita...
Nellie: ¿Cómo ha podido hacerme esto?
Nora: No lo sé, lo único que sé es que es una mala amiga. Así que no llores por una mala amiga.
Aquella noche, Helena llegó a casa sobre las 3 AM pero mis padres ya dormían así que nadie la dijo nada, llegaba un poco beoda, abrió la puerta de mi habitación se iba a echar cuando me levanté.
Nellie: Te dije que no quería que volvieses. Eres una mala amiga.
Helena: Siento habértelo ocultado pero todavía estás dolida de todo lo que pasó en el hotel...
Nora: Helena... Si mi hermana no quiere estar contigo debes entenderlo, la has traicionado y no una, sino dos veces. Después de lo que ella hizo por ti.
Helena: Por eso quiero disculparme, pero Gonzalo no está conmigo, es verdad que tuvimos una aventura pero quería recuperarte, yo le había pedido un último beso cuando vosotras nos visteis.
Nellie: No te creo. Gonzalo sabe que me gusta que vayan de frente, no los rodeos ni nada por el estilo. Dime la verdad.
Helena: No hay otra verdad, ¿crees que sería tan estúpida de liarme con él después de lo que dijo?
Nellie: Pues dile que hable conmigo directamente. No quiero intermediarios.

sábado, 26 de junio de 2010

cap. 45: La Soledad.

Gustav se despidió de mí en el tren que me llevaría a Berlín, lejos, muy lejos de quien quería. No podía despedirme, hacía menos de una semana que nos conocíamos. ¿Por qué el destino era tan malo con nosotros? ¿Qué le habíamos hecho al Karma para que nos separara? Ninguna pregunta tenía respuesta, Helena iba hablando conmigo preo yo iba con mi música, sin escuchar nada de lo que me decía. No podía parar de pensar en Gus.
Helena: Le echarás de menos. Pero para eso ya estoy yo aquí, soy tu animadora. Verás como un año se te hace corto.
Nellie: Claro que sí. -cuando llegamos a la parada de Berlín pedimos un taxi, Gustav me había dado un poco de dinero, se lo había cogido pero casi como si me estuviera pagando para que le olvidara. Así que ese dinero lo guardaba Helena. Llegamos al aeropuerto en muy poco tiempo, allí cogimos un avión con destino Madrid, un destino que no me reservaba ninguna sorpresa, o eso pensaba. También pensaba que nadie me esperaría en la puerta, como hizo Gonzalo cuando me fui, la verdad es que no supe nunca, ni sabré si él se despidió con un beso sincero o un beso de cortesía para no levantar sospechas. Llevaba la música puesta, a los pocos minutos de despegar me dormí, con Blue Moon de Anna Tsuchiya, sonando en mis cascos y haciéndose paso por mi cerebro hasta llegar a mi sueño. Soñé con algo muy extraño, la luna era azul, allí estaba mi chico pero estaba con otra, dando sus labios a otra que no era yo. La noche era tan bella pero aquella escena... ¿Por qué? ¿Por qué me pasaba aquello a mí? Me sentía muy insegura.
Helena: Despierta. Ya estamos en Madrid. -me dió unos codazos y me intentó levantar, yo me hice la remolona. Pero cuando ese sueño desapareció, no apetecía tener los ojos cerrados. Bajamos del avión y en la entrada estaba esperando Gonzalo. Yo no me digné a mirarle, ni él a mí. Pero cuando reaccionó, levantándose, yendo a buscar a Helena y ayudarla con las maletas... Sentía ira, rabia, celos y ¡¡ODIO!! Mucho odio se empezó a acumular en mí.
Gonzalo: ¡Helena! -¿por qué a ella la recibes como tu reina? ¿Por qué no me das una razón por la que me cambiaste? pensaba y lloraba. Me sentía completamente traicionada y más cuando ella se acercó a él. Y aunque mi casa estaba lejos del aeropuerto cogí un autobús y de ahí, a mi casa. En la puerta, mi hermana estaba escribiendo algo. Había cambiado su estilo casi por completo, había teñido su bonito pelo castaño claro con un negro noche, le quedaba igual de bien.
Nellie: ¡Nora!
Nora: Sister...♥ -joder, el apoyo de mi hermana fue lo unico que tube en todo el día. Le conté lo mío con Gustav, de TH. -Ya lo ví por la tele. Ahora eres mi heroína. Pero yo voy a por Bill o Tom. Por cierto, ¿y Helena?
Nellie: Estará con su querido Gonzalo.
Nora: ¿Pero Gonzalo no es tu novio?
Nellie: Así era, pero ellos dos tenían un lío.
Nora: Es una hija de puta... La voy a matar.
Nellie: A mí me da igual, tengo a Gus, todo lo demás me da igual. -entré en casa, mis padres me abrazaron, la primera vez en 10 años. Subí a mi habitación, desempaqueté las cosas y las fui colocando en el armario pero ya no podía dejar de unir la palabra traidora y la cara de Helena. Entregué todos los regalos que traía de Alemania. Y me fui a dormir, soñé una pesadilla espantosa, me desperté a las 3 AM.

cap. 44: El Adios.

Aún sigo conservando ese dibujo.
El dibujo que nadie podrá arrebatar de mi mente. Gustav, ojalá vieras lo que sufro, ahora que no puedo tenerte... ¿Porqué...?
Recuerdo que después de aquellas tonterías me abrazó y me besó, mi cuerpo ardía, fui abriendo su pantalón... ¡Mierda! Parezco una prostituta. ¿Por qué siento que quiero sexo? Somos una pareja, no todo es sexo... -pensé pero no podía parar, cada caricia que le hacía hacía que su sexo se levantase. Nellie, párate. Pensará que eres de todo menos decente.
Gustav: ¿Seguro que quieres hacerlo? -tenía cara de disgustado.
Nellie: No sé que me pasa...
Gustav: ¿Seguro que me quieres? -esa pregunta me hizo mucho daño pero tenía su razón, sin más le había empezado a picar.
Nellie: Claro que te quiero...
Gustav: Pues deja de hacerme eso, no me mola. -quité mi mano de su entrepierna, le había hecho enfadar. Eres tonta. Él se levantó y se marchó al sillón. Yo también me levanté y me dirigí a la puerta, quería irme, era la peor persona y novia del Universo; tenía miedo. La verdad es que con Gonzalo, era así casi todo el día, nada que ver con las películas o las series, los chicos son tan extraños. Cuando cerré la puerta tras mía, sollocé pero no pensé más, pasé por la habitación de los Kaulitz, fuera estaba Bill, detrás de la puerta se oían a la otra nueva pareja. Joder, como grita la cabrona de Helena. Llamé a su puerta, cortando su íntimo royo.
Nellie: Joder Helena, gime más bajo, te oigo desde la habitación.
Tom: ¡Qué te jodan!
Nellie: ¡¡A ti maricón, aquí tienes a tu hermano, en la puerta como un sobrante!! -grité. Salieron todos de sus habitaciones; Georg salió rascándose los ojos. Gustav asomó su cara. Helena se vistió mientras Tom se quejaba.
Tom: Gracias, hija de puta.
Gustav: Menos con ella ¿eh, cabrón?
Georg: Relajaros chicos.
Tom: Fue ella.
Georg: Pero ella tenía razón, te oíamos todos y, una vez es suficiente, pero todas las noches igual... Nos hace sentir mal. Piensa en tu hermano.
Tom: Pero cuando el liga no le importa nadie.
Gustav: Ni una poya. Bill siempre piensa en ti. Sino, ahora mismo no estarías con Helena.
Bill: Basta, Gustav.
Nellie: Sí, tranquilo. Ven conmigo, anda. -agarraba su mano con fuerza. -Lo siento chicos. -me dirigí a Bill, sobretodo.
Georg: No pasa nada. Llévale a la cama.
Nellie: Gustav... Lo siento. Me voy. -todavía nos agarrábamos las manos, entrelazadas, por mucho que pensara en irme, yo no quería irme.
Gustav: No quieres irte ¿eh? -no podía responder, mi estómago tenía un gran nudo. -Contesta.
Nellie: ¡No! ¡No quiero irme! Quiero... una guitarra.
Gustav: Vale... -salió de la habitación, no sé donde fue, durante un momento tuvo una riña con Tom Kaulitz, al final volvió con una guitarra. -¿Te sirve?
Nellie: Sí... -en realidad, creo que ni siquiera hablé. Solo le sonreí, me senté en la ventana, y empecé a cantar. -
Kasaritsukenai de ikiteyuku koto wa kono yo de ichiban/ No me expongas
MUZUKASHI KOTO?/ ¿es lo más díficil en este mundo seguir viviendo?
Anata kara morau nara katachi no nai mono ga ii/ Si viene de tí, entonces está bien que sea intangible
Kowareru mono wa mou iranai.../ ya no quiero cosas que puedan romperse...

Siempre he cantado esa canción, la verdad es que nunca llegué a saber que significaba en realidad hasta que la busqué en letras. Entonces me dí cuenta que no había mejor canción que esa para aquella situación. De repente, se oyó un pequeño golpe contra la puerta y alguien cayendo por toda la puerta, como restregándose.
Gustav: No abras. Es Bill.
Nellie: Claro. -no hacía ni una semana que estaba con Gustav cuando me dijo que su gira seguía. -No me quiero separar de ti.
Gustav: No sé si podré llevarte conmigo, ni aguantar todo lo que hay que aguantar.
Nellie: Pero...
Gustav: Yo tampoco te quiero dejar, cuando vayamos a Madrid, te recogeré así podrás hablar con tus padres y acompañar a Helena.
Nellie: No me olvides.
Gustav: Nunca podría. Eres guapísima... -le abracé, no podía soportar la idea de que él se fuera, lejos de mis labios y mis brazos. La noche anterior, tuvimos sexo, un último adiós, algo normal, no fue nada erótico sino algo que representaba la unión de dos personas en una. Helena me esperaba en la puerta de aquel tren que me llevaría muy lejos.
Helena: Es hora de irse.
Gustav: Volveré a por ti. -enlazó su meñique con el mío.

jueves, 24 de junio de 2010

cap. 43: Noche De Creatividad.

Nellie: Me voy, quiero ver a Gustav antes de que se duerma. -era una forma de eludir la pregunta de Bill.
Bill: Vale. Por cierto, que sepas que si haces algo malo para Gus, te lo haré pagar, ¿de acuerdo?
Nellie: Sí, Bill. -seguía lloviendo, así que me fui corriendo al hotel. Subí por el ascensor y pasé, el guardaespaldas, llamado Giovanni.
Giovanni: Nellie, ¿a quién vas a ver?
Nellie: A mi chico.
Giovanni: Vamos, pasa. -abrí la puerta del cuarto de Gustav.
Nellie: ¡Qué pena! Está dormidito. -susurré, le acaricié la cabeza y le besé.
Gustav: Ya estás aquí. No podía esperar más.
Nellie: Hey, Gustav. -me tumbó en la cama y me quitó la camiseta, los vaqueros, las botas altas... Me dejó en ropa interior. -Gustav...
Gustav: Toma. -me tendió una camiseta XXL. -Vas a dormir conmigo.
Nellie: Me has asustado. -le dí un almohadazo.
Gustav: Pervertidilla... -me miró con los ojos lascivos.
Nellie: Toma. -mientras le pegaba con la almohada, él tiraba de mi cintura, hasta que me acercó a él y puso sus labios sobre los míos. -Espera. -fui a buscar un folio y un boli e hice un chibi de él. -Mira, ¿te gusta?
Gustav: Claro, pero tendrías que hacer otro chibi de ti.
Nellie: No que lo estropeo.
Gustav: Vale, entonces déjame a mí.
Nellie: ¡No! Vas jorobar el dibujito. -le miraba como enfadada.
Gustav: No me mires así, que me pones... ¡Dios! Te comía tu preciosa boquita...
Nellie: Pues hazlo. -le guié con mi mano.
Gustav: Mira mi dibujo.
Nellie: Es precioso. Se te da muy bien.

cap. 42: Juegos.

Gonzalo: ¿Helena?
Helena: Idiota... ¡Déjame en paz! ¡Te odio! -Helena me pasó el móvil, le había hecho daño a ella y a mí, y a saber a cuantas más. Había roto mis sueños, mis ilusiones de estar con él para siempre.
Eso es algo que no se puede perdonar así como así.
Gonzalo: ¿Helena? ¿Nellie?
Nellie: ¿Con cuántas has jugado? Venga, dímelo. ¿También con tu hermana?
Gonzalo: ¿Qué sabes tú de eso?
Nellie: Nada pero el día de mi cumpleaños me llamó, amenazándome con llevarte lejos, fuera de mi lado, pero ya no me importa. Vete con Gabriela y con las que hayas tenido y ¡Lárgate fuera de mi vida! -colgué.

---FIN---
 Helena seguro que se había ido a ver a Tom, a que la consolara; yo salí un rato por los bares de la zona. En uno de ellos me encontré a mi tentación pero estaba demasiado triste como para dejarme tocar.Bill: ¿Qué haces tú por aquí?
Nellie: A por un trago. -encendí un pitillo.
Bill: ¿Fumas?
Nellie: Sí desde que tenía catorce, ahora es un mal vicio del que me quiero quitar.
Bill: ¡Ah! ¿Lo sabe, Gus?
Nellie: No lo sé.
Bill: ¿Te da igual lo que él piense de tí?
Nellie: ¡No! Claro que no.
Bill: Venga otra copita más.
Nellie: Anda, deja de brindar; te vas a hacer daño.
Bill: ¿Qué más da? Yo no tengo alguien que me quiera, tú tienes a Gustav, Tom tiene a Helena, Georg a sus ligues de discoteca. Pero yo no tengo a nadie.
Nellie: Eso no es verdad. Si quisieras podrías buscarte una chica, conforme a tu estilo.
Bill: Pero mi estilo eres tú. Tú eres perfecta para mí, te gusta la música oscurilla, llevar el pelo a un lado. No pegas con Gustav.
Nellie: Da igual, yo quiero a Gustav aunque tú me atraigas.
Bill: ¡¿Qué?!
Nellie: Creo que me voy. Quiero ver a Gus antes de que se duerma.

cap. 41: Concierto III

Gustav: Hey, nena, has venido. -en cuanto me abrazó... -Pero si estás empapada. Ven aquí y sécate. -estúpida de mí. Tendría que contarle todo el remolino de sentimientos que sentía cuando veía a Bill.
Nellie: Gustav... Te-tengo que decirte algo.
Gustav: ¿Qué es? -me dijo con un entusiasmo fingido, en sus ojos se veían tristes, posiblemente se lo hubieran hecho más de una vez. Yo... no podía hacérselo, decirle aquello le iba a sentar mal. Haré lo que esté en mi mano para hacerle feliz, eso es lo que pensé. Y eso hice.
Cuando empezó el concierto, yo estaba allí; viendo como el aura de Gustav cambiaba. Tocaban y tocaban, yo no podía apartar la vista de él. Allí tambien estaban las cámaras de TV, que grabarían el concierto para venderlo en muchos países o como anuncios para los Tokio Hotel. En la última canción, cuando estaban a punto de acabar... Gustav bajó del escenario, sus compañeros de grupo le miraron pero siguieron con lo suyo; él bajó y me besó. Yo le agarré del cuello, no quería soltarle. Las cámaras lo filmaron todo pero me daba igual, pensaba dejarlo con Gonzalo, yo sospechaba que estaba colado por otra. Cuando el espectáculo terminó, me enteré por un par de fans que el programa se ha retransmitido en directo por toda Europa. Al poco de terminar todo e irnos él y yo a mi habitación, Gonzalo me llamó.

---CONVERSACIÓN TELEFÓNICA---
Nellie: ¿Sí?
Gonzalo: ¿Cómo has podido?
Nellie: ¿Perdón?
Gonzalo: ¿Por qué lo has hecho?
Nellie: Cuéntamelo tú...
Gonzalo: ¿Qué quieres decir?
Nellie: Sé lo de Helena. Soy rubia pero no gilipollas. Ella no me lo ha confesado directamente pero me lo ha dicho. Vuestras miradas en la sesión, los besos, esa... química... A ella se lo perdono pero a ti... Dais asco, tú más que ella.
Gustav: ¿Quién es? -Helena entró por la puerta.
Helena: ¿Quién te ha llamado?
Nellie: ¿Quién creeis? Aún así no os métais es algo entre él y yo, vosotros no téneis nada que hacer. Helena me has decepcionado.
Helena: ¿Sabías lo nuestro?
Nellie: Claro que sí. Solo había que veros.
Gonzalo: ¡Déjala en paz!
Nellie: ¿Sabes una cosa, Gonzalo? Helena ha estado haciendo manitas y más con Tom Kaulitz, pero por ella si vas a pelear.
Gonzalo: ¿Helena...?
Nellie: ¿Por qué me prometiste que me querrías siempre? Te dije que no me dijeras falsas promesas, que los juramentos son palabras, palabras que se lleva el viento. Pero me ofreciste palabras, palabras que escondían farsas. -lloraba. -Farsas que me hacen mucho daño. Yo ya sabía que no me querías pero quería creérmelo, te dí una oportunidad...
Gonzalo: ¡Cállate! Estás todo el día con lo mismo, claro que me importas pero si te preocupas más de otras personas que de mí, me sentía herido. Yo era tu novio y te preocupabas más de Helena que de mí...
Nellie: Claro por eso te moló más ella, te dió más cariño, más amor. ¿Cuánto?
Gonzalo: Desde Mayo.
Nellie: ¿Y ninguno tuvo los santos huevos de contármelo? ¿Por qué? Me hubiera dolido menos.
Gonzalo: Solo ha sido algo pasajero. Yo solo te quiero a ti. -puse los ojos tan abiertos que Helena se asustó.
Helena: ¿Qué pasa? -pulse para poner el altavoz, e hice una señal de silencio a ella.
Nellie: Repite eso.
Gonzalo: Ella solo ha sido algo pasajero, no tiene nada de importancia para mí. -se le empañaron los ojos.
Nellie: No llores, Helena, por favor.
Gonzalo: ¿Helena?

cap. 40: Concierto II

Nellie: Stand my ground, I won't give in
No more denying, I gotta face it
Won't close my eyes and hide the truth inside
If I don't make it, someone else will
Stand My Ground.
Bill: ¿Interrumpo?
Nellie: It's all around
getting stronger, coming closer
into my world.
Bill: Hey. -entonces me tocó el hombro. Yo me asusté y grité. -Lo siento pero es que te he oído cantar y... Cantas muy bien.
Nellie: ¿Yo? ¡Qué va! Solo canto cuando estoy nerviosa.
Bill: Ven. -me tendió la mano. ¿A dónde pensaba llevarme? Tenía miedo pero mi corazón palpitaba muy fuerte.
Nellie: Tengo que ir al concierto. Yo... no puedo fallar a Gustav. No...
Bill: Iremos al concierto... Yo soy el cantante, debo estar. Solo quiero cantes unas estrofas de una canción.
Nellie: Pero... ¡No sé cantar!
Bill: Solo vas a cantar delante mía. -me llevó a una habitación con un gran espejo. -Toma. Canta esto.
Nellie: Pero... Es tu canción.
Bill: ¡Qué la cantes! -me puse a cantar. Al principio me miraba extrañado, luego relajado... En cuanto pude huí de allí, él me persiguió pero no llegó a cogerme; no podía volver a fallar, no quería fallar a Gus pero Bill me atraía con tal fuerza que me daba miedo quedarme a solas con él. Bajé por las escaleras, corriendo sin mirar atrás, él gritaba mi nombre, sin embargo no me detuve. Quería estar en brazos de Gus porque sabía que él me calmaría. El concierto estaba muy lejos, a unos 10 km del hotel pero nada me impediría abrazar a Gustav, que me relajase, que me quisiera y yo le quisiera a él.
Cuando iba a cruzar la calle, un coche paró delante mía.
Bill: Sube, anda, no puedes llegar mal al concierto de Gus... -pero seguí corriendo, bajo la lluvia que caía. Me daba igual llegar y no estar perfecta, no quería estar a solas con Bill... No, no quería estar a solas con Bill, de ninguna manera.
Nellie: No quiero estar contigo, me da miedo. No quiero fallarle.
Bill: ¿De qué hablas?
Nellie: De la atracción que siento hacia ti.
Bill Entonces tú tambien la sientes...
Nellie: Sí pero no voy a joderlo todo por ti, no lo mereces. -seguí huyendo, hasta que llegué al escenario, donde se organizaba el concierto.
Gustav: Hola, nena.
Nellie: Gus...-me tiré a sus brazos. Me sentía tan mal por sentir esa atracción por Bill. Que no quise que me soltase nunca, quería enmendar ese error.

martes, 22 de junio de 2010

cap. 39: Concierto I

Ese beso cargado de un amor que no sabía si sería capaz de corresponder, quisiera o no, yo también quería a Gonzalo.
Nellie: Gus... Que sepas que también quiero a Gonzalo...
Gustav: Me da igual. Conseguiré enamorarte, sea como sea.
Nellie: Gracias, Gustav. -le dí un beso, un pico de esos de niños pequeños.
Gustav: Por cierto, tomad entradas para nuestro concierto aquí.
Nellie: Iremos las dos gustosas.
Gustav: Pero antes debes pagarme.
Nellie: ¿Cuánto quieres?
Gustav: Un beso apasionado, un morreo, como el de el ascensor.
Nellie: Pero...
Gustav: Tranquila. Soy un romántico. -empecé por un beso suave y seguí con un morreo, disfrutando de cada centímetro de su labio, por más que lo probaba, más quería, hasta que le mordí y le hice una pupita.
Nellie: Lo siento, Gustav, fue sin querer.
Gustav: Anda, bésame más.
Nellie: Eres un adicto.
Gustav: Es que esto es adictivo. Tus labios saben a dulcísima miel y creo que me acostumbaría a estar así siempre. -me besó mientras se abría la puerta de la habitación, entró Helena, que se puso a regañarme sobre lo mío con Gus.
Helena: Joder, Nellie, que tienes novio. -la ignoré, sencillamente.
Nellie: Por cierto, Gus no invita al concierto de esta noche, ¿quieres?
Helena: Claro. -la noche vendría cargada de idioteces y verdades. Esa noche me vestí para la ocasión, unos vaqueros, unas botas de alto tacón y una camiseta de TH además de mi pelo normal, peinado al estilo emo.
Gustav: Vamos que te llevo.
Nellie: No quiero que me veas hasta que vaya al concierto. -decía mientras me mordía las uñas, llevaba mucho tiempo sin fumar. Quería un pitillo, todavía no había asimilado lo de Gus... Pero, en realidad, no sabía si le quería, solo le conocía de las entrevistas. Tenía mucho miedo de fallarle.
Gustav: Si tú estás preciosa con todo. Venga anda...
Nellie: ¡Qué no! Ya me verás allí.
Gustav: Como tú quieras, rubia.
Nellie: ¡Tonto! -oí como Bill lo llamaba y él se iba. Este iba a ser mi primer concierto de los TH, encima, Gus se había convertido en mi "novio", eso me ponía aún más nerviosa. Me puse los cascos para relajarme pero no pasaba nada, puse la música que más me relajaba, Don't Jump de Tokio Hotel. El grupo de mi nuevo chico. ¡Dios! Estaba meganerviosa. Para relajarme, y como Helena se había ido con Tom, todos sabemos a que..., me puse a cantarla, no muy alto. Pero creí mejor cambiar la música, puse Within Temptation, que pareció relajarme más.

cap. 38: Destapando La Caja De Pandora.

Después de hacerlo con Gustav en el ascensor, fuimos a mi habitación y me dormí. A la mañana siguiente, pedimos al servicio de habitaciones un montón de cosas.
Nellie: Gustav, ¿qué tal se vive en la cima?
Gustav: ¿En cuál cima?
Nellie: En la fama.
Gustav: A mí casi nadie me conoce; los que más ligan son los Kaulitz. Sobretodo Bill.
Nellie: Pues como sea con todas como conmigo, no debe ligar demasiado.
Gustav: La verdad es que Bill normalmente suele tratar bien a las fans, es muy raro. Tendrá la regla. -los dos reímos, le besé. No podía contenerme, en parte, porque pensaba que iba a ser su juguete esa noche y todo se acabaría.
Nellie: La verdad yo es que admiro mucho a Bill pero no me gusta con sus pelacos. Porque va a acabar con los pelos hechos papillas, tú eres el más normal y humano de los cuatro; por eso siempre te miro a ti, sobretodo en los conciertos.
Gustav: Joder, pues ahora me siento mejor. Porque siempre me siento muy por debajo a Bill y Tom...
Nellie: La verdad, que yo sepa la única forma que me ha gustado Bill fue en Don't Jump/Spring Nitch. Con los pelos normales.
Gustav: La verdad es que sí...
Nellie: Gus... -empezó a sonar mi móvil con Don't Jump. -Disculpa.

---CONVERSACIÓN TELEFÓNICA---

Nellie: ¿Sí?
XxX: Soy Gonzalo.
Nellie: Hola, cariño. ¿Qué tal todo por Madrid?
Gonzalo: Pues nada, aquí con los coleguillas y demás.
Nellie: ¡Qué bien!
Gonzalo: ¿Qué tal vosotras por allí? ¿Qué tal Helena?
Nellie: La verdad es que estábamos las dos de disco.
Gonzalo: Por cierto, cielo, ¿sabías que Jorge está en Alemania? Tened mucho cuidado las dos, ella sobretodo.
Nellie: Claro...
Gonzalo: Bueno, niña que me voy a seguir con la juerga. Muchos besitos para las dos.

---FIN---

Gustav: ¿Quién era? Aunque me lo puedo figurar...
Nellie: Sí, él es mi novio.
Gustav: Y ¿has follado conmigo teniendo novio? ¡Eres despreciable!
Nellie: No lo entiendes. Somos novios pero él quiere a otra. Además tú no puedes hablar mucho, hoy seré tu juguete y mañana estaré olvidada.
Gustav: No me llaman el más romántico por nada. Me he enamorado de ti desde que te vi salir de ese cuarto de baño.
Nellie: Gus, lo siento. Siento no ser muy sincera contigo, por ser como soy... -me besó, no podía creeérmelo, en verdad Gus estaba enamorado de mí.

cap. 37: Gustav.

Nellie: ¿Por qué no nos vamos?
Gustav: Buena idea. -llamó a Tom, este dejó de comerse los labios de ella y escuchó todo lo que le decía mi compañero.
Tom: Vale... ¿Quieres que tú y yo nos vayamos?
Helena: No. Estoy bien aquí.
Nellie: Pero...
Tom: Tranquila, yo cuidaré de ella.
Nellie: Vale, me quedo más tranquila. -agarré la mano de mi acompañante y salimos del local. Fuimos hablando hasta que llegamos a la entrada, allí se le acercaron una veintena de fans que le empezaron a atosigar. Y yo me sentí empequeñecer, andé lo más rápido que me dejaban mis piernas, que era a paso de tortuga, entré en recepción y pedí mi llave, me dirigí al ascensor, llamé. Pero entonces, Gustav me agarró por la espalda, creo que se enamoró de mí, desde que, aquella noche salí del baño de la habitación de lo Kaulitz. Subimos al ascensor, Gustav le dió dinero al ascensorista mientras le susurraba algo, él muchacho se marchó y el batería y yo nos quedamos solos. Se acercó aún más a mí, me agarró, me levantó en volandas y me apoyó contra la pared, me besaba el cuello se fue abriendo paso por entre mi vestido; cuando me tocaba el cuerpo me ardía, empezó a tocarme los pezones, a lamerlos. ¡Dios! No podía reprimir los gemiditos que salían por entre mis labios, estábamos en  el piso noveno. Paró el ascensor y siguió abriéndose paso entre mis braguitas, me las bajó. No podía reprimirme, era el mejor precalentamiento que tenía desde que empecé a hacerlo.
Nellie: Gustav...
Gustav: Ssshh... Cállate. -metió su cara entre mi vestido y empezó a lamerme, me sentía tan bien, tan viva. De pronto paró y se puso encima mía, me penetró, no podía parar de disfrutar aquello, olvidándome de mi noviazgo con Gonzalo. Se quitó y me levantó, me volvió a apoyar en la pared y desde ahí, volvió a meterla. Lo estaba disfrutando.
Nellie: Gustav... El condón.
Gustav: Tranquila, ya me he puesto. -era verdad, nunca me fiaba y siempre revisaba, toqué con la mano y lo tenía puesto y siguió haciéndome el amor. Cuando terminó, reinició el servicio del ascensor, en nuestro piso estaba el segurata.
Nellie: ¿Me acompañas a mi habitación? -murmuré a su oído. Él asintió. Cuando llegamos a la puerta, le pedí qe entrara. -Tranquilo, yo estoy satisfecha.
Gustav: Y yo, así que, ahora, a estar normal.
Nellie: Sí...
Gustav: ¿Te gustó?
Nellie: Sí. Me daba mucho morbo.
Gustav: Me alegro. -verle ahí, sentado en mi sofá, me daba la sensación que entre él y yo no había un mundo que nos separaba. Me tumbé encima de sus piernas y al final me dormí.

cap. 36: Suerte.

XxX: Soy Tom, Tom Kaulitz.
Nellie: ¡Whoa! ¡Cómo mola!
Helena: Es verdad. -Tom se acercó a nosotras, besó mi mano y la mejilla de Helena. Nosotras nos fuimos a la habitación, Tom nos dijo que esta noche nos pasáramos por allí que nos presentaría a los demás.
Nellie: ¡Qué envidia! Tom Kaulitz te ha besado en la mejilla, ¡qué suerte! -Helena se tocó la mejilla con la mano y se puso colorada. -Nadie en casa se lo va a creer.
Helena: Dios... Me siento tan...
Nellie: Vamos a prepararnos para esta noche. Apenas quedan 2 h. -me hice un recogido con trenzas, eliminando mi flequillo emo. Me miré en el espejo...
Helena: Estás radiante. Eres muy guapa, Nellie.
Nellie: No me digas esas cosas que luego me las creo. -mi amiga se había dejado su pelo normal, no se hizo nada en especial. Nuestros vestidos eran hermosísimos, la verdad es que todavía no me creía que en menos de una hora íbamos a conocer a una banda juvenil tan importante tan alemán como mundialmente hablando. Helena se comportaba como si se fuera a reunir con unos antiguos compañeros de clase o alfo así, o igual era yo, que este tipo de cosas me ponían eufórica. Pero que guapa estaba con ese vestido, ese vestido... El que me mandó Samy... El mío fue un vestido que Penélope tenía de cuando ella era una adolescente, cuando se empezó a llevar el royo oscurillo o gótico. También me puse unos manguitos de rejilla. De pronto, alguien llamó a nuestra habitación.
Helena: ¿Quién es?
XxX: Servicio de habitaciones. -abrimos la puerta, allí estaba un chico trajeado con un uniforme azul marino y empujando un carrito.
Nellie: No hemos pedido nada.
SH: No, si se lo han mandado desde la habitación de los Kaulitz. Todo pagado por ellos. -se fue en dirección a la puerta, la abrió. -¡Qué aproveche!
Helena&Nellie: Claro.
Helena: Que de molestias se toman por nosotras.
Nellie: Mientras no pidan mucho a cambio. -levantamos los capuchones de metal y debajo, cocina italiana pura y dura; raviolis, espaguettis en distintas formas de prepararlos y un montón más de pasta, de beber había champán y postre, ¡FRESAS CON NATA! -¡Kya! ¡Qué guay!
Empezamos a zampárnoslo, teníamos hambre, cuando nos quedaba solo el postre, el timbre volvió a sonar por segunda vez en esta tarde.
Helena: Lo siento, estamos ocupadas.
Tom: Así que estáis dando buena cuenta del banquete que os mandé. -¡Mierda! Encima estabámos sin maquillar.
Helena: Espera Tom. -ella se empezó a maquillar mientras yo acababa con el postre. Cuando terminé, me fui al baño a retocarme y mi amiga abrió la puerta.
Tom: Pensaba que ya no me ibas a abrir. -dijo mientras acariciaba su nariz.
Helena: No es eso, acabamos de cenar.
Tom: Hay que darse prisa, Georg está despistando al segurata. -pinté mis labios de rojo sangre, metí en mi bolso las pocas cosas que necesitaba: el pintalabios, el móvil y la laca de uñas. Pensáreis que para que necesitaba la laca de uñas, con toda la movida no me había dado tiempo a pintarme las uñas, así que, en cuanto entré en la habitación de Tom, me metí en el baño y terminé de pintarme las uñas a juego con mis labios. Cuando salí todo el mundo me miraba.
XxX: ¡Qué guapa! -dijo el componente de pelo largo y castaño, Georg. -Con eso ya me siento satisfecho por haber hecho de cebo. ¿A qué sí, Gustav?
Gustav: Es preciosa... -me miraba con los ojos muy abiertos y embelasado. -¿Tú qué opinas, Bill?
Bill: Bah, es solo otra fan. -me miraba con odio, con asco. -¿Por qué os poneis así por una chica que solo le interesamos como famosos?
Nellie: Más respeto aunque sea una fan, no tienes que tratarme como si fuera peor que una puta. -Bill me miró, sorprendido de mi contestación. -¡Capullo!
Bill: Me voy. -se levantó del sofá y se marchó a otra habitación. Joder, mi relación con quien más admiraba del grupo. Pero me había tratado mal y no iba a dejar que alguien así me bajase la moral. Me senté con Gustav, el más sensato del grupo.
Gustav: No le hagas caso. Bill es así con todas las fans que entran en su cuarto.
Nellie: Pues no pienso dejar que me baje la moral así que...
Georg: ¿Qué tal si nos vamos de fiesta?
Helena: ¡¡SÍ!! -todos se levantaron pero yo preferiría quedarme allí, sentada. Gustav me agarró de la mano y me levantó. Fui con él de la mano, sin querer soltarme, me sentía perdida en aquel lugar; sin embargo, Helena lo pasó bien. Se empezó a enroyar con Tom, Georg empezó a beber como un cosaco y un par de chicas se le acercaron, estuvieron hablando con él y se le llevaron del brazo.
Nellie: Lo siento, Gustav. No creo que lo estés pasando muy bien conmigo.
Gustav: Da igual, no me importa. Tampoco me gusta mucho la fiesta.

cap. 35: Indicaciones Raras Y Encontronazos Inesperados.

En cuanto terminé con aquella mera cruzada por ser recordada. Dije a mi chico de salir, era verano y quería ir a un parque, a sentarnos y disfrutar de la verde hierba, de todo lo que los días en que trabajaba no podía hacer.
Penélope: Podéis ir al Capricho. Es un parque precioso y todavía es temprano. Está al lado del Parque Juan Carlos I.
Gonzalo: ¿Qué te parece si vamos allí y hacemos un pequeño picnic?
Damián: No dejan pasar comida por respeto al parque y su estética.
Nellie: Pero puedo hacer una seción fotográfica con la reflex, y Gonzalo y Helena serán mis modelos. -dije esa frase sin pensar lo que vendría después, pensaba que Gonzalo me aguantaría porque me amaba pero, a veces, las personas te engañan y sufres.
Nellie: ¡Whoa! ¡Qué bonito! Yo quiero vivir aquí por siempre... En aquella casita tan pequeñita.
Helena: Venga, ¿cuándo empieza la sesión de fotos?
Nellie: ¡Ya! -me tiré toda el día sacándoles fotos, parecían que su complicidad iba más allá de las cámaras pero no le di importancia alguna. Les hice posar muchas veces como si fueran pareja, besándose y acariciándose. Después, hablé con Helena de irnos la semana de su cumpleaños a Alemania. Me dijo que sí, noté que miraba distinto a mi chico pero seguí sin darle importancia, y de refilón vi como Gonzalo también la miraba como si su atracción me dejara fuera pero, seguí sin darle importancia ninguna.
Pasaron las dos semanas hasta el día 4. Llegamos al aeropuerto y a Alemania fuimos, en el vuelo fui escuchando a Tokio Hotel, íbamos a ir a Leipzig, allí aterrizaríamos y desde allí, al hotel. No recuerdo su nombre, solo sabía que estaba abarrotado de gente, muchas con un cartel en la mano: "Ich liebe Bill" Otras gritaban lo mismo que lo que ponía ne los carteles o el nombre de Tom.
Nellie: ¿Qué es todo esto?
Helena: No sé.
Botones: Los Tokio Hotel están en el hotel, y las fans les esperan para poder verlos. -nos acercamos a recepción, pedimos nuestra habitación reservada. Subimos al undécimo piso, se abrieron las puertas del ascensor... Y vimos el ajetreo que había en el corredor, preguntamos al ascensorista, que dijo que aquí estaban instalados los componentes del grupo. De repente, un guardaespaldas se acercó a nosotras.
GE: Lo sentimos señoritas, pero aquí no pueden estar.
Nellie: ¿Cómo que no? Nuestra habitación está allí, señalé el lado opuesto del pasillo de donde estaba el grupo.
GE: De acuerdo, pero cuidado con intentar colarse...
XxX: Venga, Carlo, no seas así. Deja a las pobres señoritas que entren.
GE: Tom... Me vas a matar un día.
Helena: ¿Quién eres?
XxX: Soy Tom, Tom Kaulitz.

lunes, 21 de junio de 2010

cap. 34: Mis Ojos Se Abren.

Gonzalo: Todo cambia... -esa frase de la boca de él me sentó muy mal, así que nosotros nunca estaremos para siempre... Entonces, ¿por qué desperdiciamos el tiempo en hacer amigos, en tener novio, en tener lazos con la gente que nos rodea?
Nellie: No es verdad. Yo siempre creeré que Peter Pan me llevará con él. -aunque yo ya sabía que Peter Pan nunca aparecería, que nunca me llevaría la lugar donde las cosas siempre están como están. Que nada cambia. Que mis amigos siempre me recordarían, que no sería nada más que polvo sino alguien que viva en los corazones de la gente, pero ¿quién se iba a acordar de mí, una chica que odia a todos y sobretodo a sí misma? -Entonces... Cuando nosotros rompamos, ¿no seré más que otra chica en tu larga lista? Y tendré el sobrenombre de "La Peor Novia Del Mundo", todo quedará en la memoria...
Gonzalo: Tú siempre estarás en mi cabeza, nunca podré olvidarte.
Nellie: Mentira... No me hagas ilusiones y promesas que están vacías. -¡Mierda! Me he pasado, como siempre, creo que debería disfrutar más lo que tenga con él. -Lo siento. Pero me da miedo que mi recuerdo se quede en algún rincón lleno de polvo en la memoria de todos.
Gonzalo: Lo entiendo...
Helena: Yo también lo entiendo. A todos nos pasa pero si lo piensas bien, si disfrutas la vida, te quedarán bonitos recuerdos en ti y en los demás. Es lo único que debes pensar.
Nora: ese pensamiento es de viejas, eres una idiota hermanita. Hay gente que nunca te olvida, quizá pienses eso pero... Gonzalo, aunque esté con otra, de mayor contará a sus nietos lo feliz que es ahora contigo. Así que vive, piensa eso cuando seas vieja y tengas un montón de hijos de X.
Nellie: Teneis razón. Que la den a Samy y su nueva amiga. Tengo que vivir mi vida y ya está. No seré la más popular pero tendré lo recuerdos que es lo único que servirá para tener algo para entretenerme mientras mis hijos viven.

cap. 33: Todo Cambia.

Cuando se pierden los lazos... ¿Qué se debería hacer? Creo que debería existir una pequeña guía de como se debe vivir la vida, porque cuando tus amigos te olvidan o ya no tienes contacto con ellos, es como si ese tiempo y ese lazo ya no existiera. Sé que yo nunca podré aconsejar sobre ello, ni a mis hijos ni a mis congéneres, porque la amistad se debilita, da igual cuanto empeño pongas en ello, siempre acabas perdiendo ese lazo que te unía con una persona especial. Incluso cuando miro la Luna, recuerdo la de gente que he perdido en el camino y que nunca podré recuperar. La carta de Samy me llevó a pensar todo esto... ¿Y cuándo Helena tenga una vida fuera de mi casa, se olvidará de mí? ¿El día que corte con Gonzalo, también me olvidará por otra y solo seré un recuerdo entre otros muchos? Tantas preguntas y ni una sola respuesta... Porque nadie podría responderme a esta jodida pregunta... Nada más terminar de leer la carta, llamé a Samy.
Samy: ¿Sí?
Nellie: ¡Samy!
Samy: ¿Sí? -que no reconociera mi voz fue muy duro para mí.
Nellie: Soy yo, Nellie.
Samy: ¿Qué pasa? -parecía algo molesta, no sé si alegraba de que la hubiese llamado o simplemente estaba enfadada porque la había llamado tan temprano.
Nellie: Hemos recibido los paquetes.
Samy: ¿Os han gustado? -su tono cambió.
Nellie: Claro... Le han gustado hasta a Nora. -reí.
Samy: ¡Qué bien! -volvió el deje molesto.
XxX: ¿Quién es a estas horas, Sam?
Samy: Nadie, nadie. Tú tranquila, Noe. A dormir... -me molestó que dijera tantas cosas por carta y por teléfono no tuviera los ovarios bien puestos para decirlo delante de su nueva amiga. Noelia se convirtió desde entonces en mi enemiga personal, una chica que roba amigas.
Nellie: Por lo que veo estás ocupada... No te molesto más. Pero te voy a decir una cosa... Eres una falsa, una farsa andante... ¿Cómo puedes decir cosas tan bonitas por carta y luego no tener valor para decirlo delante de esa Noelia? ¡Mentirosa! ¡Yo sola salvaré y protogeré a Helena, aunque sea lo último que haga en la vida porque ella es una amiga de verdad! -colgué, la dejé con la palabra en la boca; y me daba igual, ella no me interesaba.
Helena: ¿Qué pasa?
Nellie: Nada... -quité el pestillo y abri la puerta, me derrumbé en los brazos de Helena, ella que era mi primer contacto en el mundo exterior que no fuera la música. Tomé valor y le entregué la carta que Samy había metido en ni caja. Entonces pensé que la carta no era para mí sino para ella. La leyó y sonrió pero cuando le conté la conversación por teléfono con ella... Su cara cambió, sabía que Samy ya no sería nuestra amiga, había buscado consuelo en otra que no era ninguna de nosotras.
Helena: ¿Cómo puede ocurrir esto? -la miré con mis ojos, rojos y vidriosos de tanto llorar.
Nellie: No la necesitamos, tú y yo somos amigas y siempre lo seremos, nunca me separaré de ti. Lo juro. -dije cosas que sentía sin pensar que todo eso tiene que pasar... Una amistad no puede durar para siempre, si una de las que la compartía no quería o empezaba a ser pasota.
Gonzalo: ¿Estáis bien? -mi amiga salió de la habitación, no había derramado ni una lágrima, me maravillé pensando que ella era más fuerte que yo pero era una máscara, una máscara dolorosa. Cuando ella se fue, le conté todo lo ocurrido con Samy. -Es normal que busque amigas nuevas; Samy no es vuestra, es una persona y debe mantener relación con otras personas, no es vuestro novio y os haya puesto los cuernos. -le miré, me hacía daño lo que me decía, tanto que no pude reprimir un dolor profundo en la boca del estómago. -Cariño, todo cambia, así es la vida.
Nellie: Pero yo no quiero cambiar... Yo quiero ser como soy ahora.
Gonzalo: A mí también me gusta mucho como estamos pero todo se desgasta, ojalá no fuera así sino que nada cambiase en nuestros corazones.

domingo, 20 de junio de 2010

cap. 32: Lazos Irrecuperables.

El desayuno fue con Penélope y Damián, mis padres, y no fue para nada bonito o romántico. Ya que Penélope y su marido estaban de mal humor. De pronto llamaron a la puerta, era un repartidor con un gran paquete.
Repartidor: ¿Nellie de las Heras?
Nellie: Claro. ¿Dónde firmo?
Repartidor: Toma, aquí. -dice señalándome el final de la hoja.
Nellie: Gracias. -cierro la puerta mientras el mensajero se marcha.
Penélope: ¿Quién era Nellie?
Nellie: Un mensajero. Me ha traído esto. -miro el remitente.-¡Helena! ¡Helena, despierta!
Helena: ¿Qué pasa? -dice restregándose los ojos.
Nellie: Mira lo que nos ha mandado Samy. -las dos corrimos como dos niñas en Reyes. Abrimos la caja, que era súper grande, dentro había dos cajas que eran la mitad que la primera, ponía los nombre de nosotras dos. Primero abrimos la mía, porque mi cumple había sido ya hace un montón. Era un vestido, una diadema con forma de corona y guantes sin dedos además de una carta. No quise leerla y la escondí de los ojos de Helena. No sé porque pero sentí que Samy solo quería que yo leyese aquella carta. Luego abrimos la caja de Helena, ya que su cumple era en Diciembre, el 25 Diciembre. En aquella caja, estaban unas converses negras y una falda de tul roja con motas negras y un camiseta de tirantes roja, con un mensaje en ella, Soy Emo y que?, que molaba un montón.
Nellie: Me la tienes que prestar ¿eh?
Helena: Claro. -sonrío.
Nora: Anda, ¿y eso hermanitas?
Helena: Nos lo ha mandado Samy desde Brooklyn, ¿a qué mola?
Nora: No es de mi estilo pero la faldita mola y el vestido tambien.
Nellie: Vamos a probárnoslo. -corrí a mi habitación con Helena y Nora en mis talones.
Nora: Abre Nellie. Helena también debe probarse la ropa.
Nellie: Por favor, déjala que lo haga en tu habitación. -abrí la carta y la empecé a leer; Samy hablaba de lo bien que estaba en Andalucía, de los paisajes que fotografiaba su madre eran bellísimos, su padre también estaba bastante bien; le habían cogido en una empresa en la que ganaba bastante para sobrevivir y muchos caprichos, tanto que se había comprado una reflex digital y me había imprimido su primera foto, era de su nueva amiga, Noelia, su madre la estaba enseñando el arte de la fotografía. Samy también ponía que un día, Jorge y ella iban a tener una charla apalizadora, odiaba a Jorge casi tanto como yo. En parte me dio mucha rabia que Samy nos hubiera abandonado así pero por otra parte... Cuando leí que nos echaba de menos, no pude reprimir unas lágrimas, Helena y yo la echabámos mucho de menos, no era una gran habladora pero tenía un humor negro que nos encantaba. Pero aún así me sentía tan apenada, estábamos perdiendo un contacto que nunca podríamos recuperar... Pero crecer significa eso, eliminar lazos que ya no necesitas, contactos que nunca se podrán recobrar.

martes, 15 de junio de 2010

cap. 31: La Sorpresa.

En casa de Violeta no me sentía muy bien, su novia se despertó.
XxX: Violeta ¿por qué armas tanto escándalo?
Violeta: Lo siento cariño. -la besó.
Nellie: Tú... ¿Lydia?
XxX: Nellie... -casualidades de la vida, o el mundo es un pañuelo pero justo había dado con una persona con la no quería haber vuelto a ver. Lydia había cambiado mucho. Ya no era una niña pija... Había madurado, se había confesado ante sus padres, y ahora vivía en casa de Violeta. Violeta siempre me contaba todo lo que la pasaba con sus suegros y los problemas de su homofobia.

---FLASHBACK---

Violeta: Ella... Otra vez castigada. Es el quinto mensaje del mes.
Nellie: ¿Qué pasa?
Violeta: ¡Mira! Odio a sus padres. ¿Cómo la pueden castigar por ser lo que es?
Nellie: Pero, ¿qué pasa?
Violeta: Es que... Resulta que mi novia y yo nos llevamos unos años, unos 6, creo... Pero lo malo es que cuando le contó todo a ellos, conmigo delante, llamaron a un psiquiatra. E incluso han intentando ingresarla, por eso la tuve que dejar en mi casa.
Nellie: Viviendo juntas desde jóvenes... ¡Mola!

---FiN FLASHBACK---

Nellie: Así que tú eres su novia... Creo que me voy... Gracias por la ropa, mañana te la traigo.
Lydia: Espera, Nellie. -me fui, no la quise escuchar, ni tan siquiera por curiosidad. No me detuve hasta que estube metida en la cama, con Helena rodeándome entre sus brazos. Luego me estubo contando porque no volvió con ayuda.
Helena: Siento haberme ido y no haber llamado a nadie, de verdad. Pero cuando tú le golpeaste y él te pegó, me recordó a sus palizas y no podía volver a estar junto a él.
Nellie: No pasa nada. Solo tengo unos rasguños. -aunque me dolió un poco que me dejase tirada pero me daba igual, era mi amiga y sus razones eran válidas. Yo también tendría miedo a que mi ex me pegase, después de haberlo hecho más de una vez. Helena se durmió a mis brazos sollozando muy bajito y yo soñando el día en que las dos pudiéramos ser más felices.

A la mañana siguiente, el repiquetear de las ventanas me levantó de la cama y me obligó a mirar fuera... No me había dado cuenta que bonita que es a veces la lluvia, miré al suelo que estaba empapado y allí estaba Gonzalo, con una rosa en la mano.
Nellie: ¡¿Estás tonto?! -grité desde la ventana. -¡Te vas a resfriar! -me vestí lo más rápido posible y bajé con un paraguas.
Gonzalo: Felicidades...
Nellie: ¿Por qué?
Gonzalo: Por nuestro primer aniversario... -¡Mierda! Lo había olvidado y no le había comprado nada. Y eso que tenñia dinero a espuertas. Me miró sorprendio y extrañado. -¿Qué te ha pasado en el labio? -joder, aún lo tenía un poco amoratado, y la herida se notaba mucho.
Nellie: Nada... Vamos a desayunar y calentarnos en mi casa.

lunes, 14 de junio de 2010

cap. 30: Sangre, Violencia Y Tabaco.

Pero la felicidad me dió la espalda. Estaba trabajando cuando una compañera, Violeta, me vino a buscar, me dijo que fuera me esperaba mi novio, le pedí que si me podía reemplazar, tenía tantas ganas de ver a Gonzalo... Cuando crucé la puerta de la peluquería y me encontré con Jorge esperándome. Miré hacía los lados, estaba sola aunque estaba rodeada de gente pero me sentía tan sola...
Nellie: ¿Qué quieres, Jorge?
Jorge: Verte, sino no estaría aquí.
Nellie: Lo siento pero tengo que trabajar. -me dí media vuelta y me metí en Aldani, fueron pasando las horas y se iba haciendo de noche y se acababa mi turno, él seguía ahí sentado. Me sentía una presa ante su próxima atención. Pero no quise asustar a mis compañeras.
Violeta: ¡Qué guapo es tu chico!
Nellie: Él no es mi chico. Es un cabrón que salió con una amiga y la maltrató. Ella todavía tiene secuelas. -se lo dije con un mal tono pero luego le pedí disculpas, me quiso acompañar. -No, tranqui, quería vérmelas con él.
Violeta: Pero siento que te va a pasar algo. -entonces me asusté, Violeta era muy sensible y cuando ella presentía que algo iba a ir mal, iría mal. Tenía un sexto sentido. Pero luego recuperé mi quietud, debía vengar a Helena, y un comentario no me echaría atrás. Salí del establecimiento tan segura de mí misma que hice como si no le viera y como pensé, él me siguió. No hice ni el intento de correr cuando él se acercó, me agarró del hombro y me giró pero no tenía miedo, aunque mis rodillas dijeran lo contrario.
Jorge:No me ignores, sabes perfectamente que stoy aquí.
Nellie: Suéltame. -le meto un puñetazo, su nariz cruje.
Jorge: Agg... -se la agarra e intenta cerrar el río de sangre de su nariz.
Nellie: Tengo más para ti. -una patada en los huevos que lo hace caer, otra hostia en su estómago. De repente, se levanta y me agarra por detrás, mis brazos escuecen, no los siento. Entonces se echa para atrás, me suelta y caigo al suelo. El cuerpo de Jorge se balancea de un lado a otro, intentando librarse de las manos de alguien. Es Helena. Al final, se la quita de encima, y va directo a por ella, con los ojos fuera de las órbitas.
Nellie: No la toques. -una patada en la cara. -Corre, vete, llama a Gonzalo. -ella huye.
Jorge: Otra vez tú y yo solos. -se avalanza sobre mí. No dejaré que me gane. Me empieza a asfixiar...
Nellie: Vas a joderme la garganta, cabrón. -doy un empellón. Mierda, he empezado a sangrar, un hilo de sangre recorre mi boca. La poca gente se para a ver la pelea, unos lo graban para Youtube, otros llaman a la policía. Mierda, otra distracción, otra vez él domina.
Gonzalo: Conmigo sí puede, pero un muñeco con la fotografía de Jorge... No puede, creo que se ha traumatizado tanto... -la voz de Gonzalo me recordó que es lo que hacía allí, peleándome con aquel tipejo. Le tiré al suelo y empecé a darle patadas al estómago, en la garganta, le salía tanta sangre pero me emocioné aún más. Cuando sabía que él no se levantaría, me empecé a fumar un cigarro. Hasta que alguien me agarró, era Violeta, al final me había seguido... Tiró de la manga de mi cazadora y me llevó a su casa, que estaba muy cerca de la escena de la lucha. Me duché, me cambié, mi ropa manchada de sangre... La quemé, era ropa muy bonita pero que yo había mancillado con mi sangre.

cap. 29: Me Siento Feliz.

Jorge no la tocaría ni un pelo de la cabeza. Que lo tuviera claro. No tenía miedo, nunca había tenido miedo ¿por qué tener ahora miedo de él? Eso hacía que golpease al saco de boxeo aún con más fuerza.
Gonzalo: Peque, venga, es hora de irse...
Nellie: Claro... Sí. ¿Qué tal le va a Helena?
Gonzalo: Conmigo sí puede, pero un muñeco con la fotografía de Jorge... No puede, creo que se ha traumatizado tanto...
Nellie: Ella es fuerte, lo superará, porque ella es mi amiga y me ha sabido apoyar en otros momentos. -a la mañana siguiente, Helena solo quería estar conmigo. Por la tarde, Helena vino con un regalo, había conseguido salir sola de casa.
Nellie: Helena.
Helena: Esto es para tí, hace poco fue tu cumple y no te dí mi regalo y aquí lo traigo.
Nellie: Has salido sola a la calle.
Helena: Pero eso no es problema, te debía tu regalo...
Nellie: Pero después de ver a Jorge...
Helena: Puede que el día que le tenga que volver a enfrentar no pueda con él pero no quiero tenerlo miedo, no ahora. ¡Toma y ábrelo! -me sentía tan contenta, ella había afrontado su miedo a salir... Abrí aquel regalo que me había devuelto a mi amiga. Era el primer CD de Tokio Hotel. -Me gustó un montón su sonido y decidí comprártelo aunque no pueda comprarte algo más.
Nellie: Tranquila, nena, me haces feliz igual. -Penélope, desde ese día no la volví a llamar mamá porque no quería una madre que no me quería, nos llamó y nos dijo que este verano, al cumplir Helena las mayoría de edad, nos pagarían un viaje a donde nosotras quisiéramos. Creo que pensamos el mismo lugar, Alemania. No necesitamos pedirle permiso a los padres de Helena, ya que Helena ya no quiso volver con ellos, tenía mucha vergüenza de las anotaciones de su padre. Por eso, ella vivía allí. La verdad es que el sonido de los Tokio Hotel me envolvía, me hacía sentir tan fresca y me sentía identificada con algunas canciones, como me pasó con Linkin Park o Pink.

Pasaron los meses, Helena iba de bien a mejor, se iba recuperando poco a poco pero, aún así, todavía quedaba la cuestión de que hacía Jorge aquí.
Helena: Desde ese día no le he vuelto a ver, desde hace unos 3 o 4 meses. - el día de final de curso, Helena sacó muy buenas notas, tanto que hasta ella y sus profesores se sorprendieron pero yo sabía que Helena era capaz de todo porque era inteligente, mucho más que las demás. Recuperó todas las asignaturas que había suspendido, ella se había repuesto y yo era feliz con ella tan contenta.

domingo, 13 de junio de 2010

cap. 28: Mas Palizas Al Corazon Y La Vuelta Del Caballero De Burro Blanco.

Cuando esa tarde llegué a casa, Gonzalo preguntó a mi madre que le dijo que mi albúm existía pero que estaba escondido, porque no quería recordar que yo era su hija.
Gonzalo: ¿Cómo puede decir eso? Su hija es un tesoro para mí. No puede tirar a la basura sus recuerdos.
Mamá: No están tirados a la basura. Ella es mi hija pero estoy demasiado decepcionada con ella como para dignarme a recordar como era el pequeño sueño de nuestro matrimonio.
Nellie: Pero, mamá, como dice Linkin Park... "Porque todo lo que pensaste que yo sería, se derrumbó justo frente a ti... Pero sé, que yo podría terminar fallando también, pero sé, que eras igual que yo, con alguien decepcionado de ti." Tus padres también se sintieron decepcionados de tus elecciones. -entonces mi madre, la mujer fría, me pegó un guantazo. el golpe en sí, no fue mucho pero me dolió por dentro; mi madre tenía la desfachatez de pegarme. Gonzalo se acercó a mí pero le aparté. Me fui a mi cuarto, Helena no estaba, estaría por ahí con mi hermana. Me metí en un rincón obscuro y no quise salir. No dejé entrar a nadie, al final Gonzalo se fue preocupado y cabreado, le gritó un par de cosas a mi madre y cerró de un portazo. Con el paso del tiempo me dormí. No me desperté hasta que noté el contacto de alguien, se había abrazado a mí como si fuera un peluche. Era Helena, pero no estaba dormida.
Nellie: ¿Qué te pasa?
Helena: Ha vuelto...
Nellie: ¿Quién?
Helena: Él... Jorge.
Nellie: Solo ha sido un sueño...
Helena: No ha sido un sueño. Hoy le he visto, en el centro comercial, cuando iba con Nora.
Nellie: ¿Estás segura? -solo asintió. Yo tenía miedo así que diría a Nora que cuidase de ella. Entendía que tuviese pánico a alguien como Jorge. Pero no sabía que su regreso la marcaría. Incluso cuando Héctor habla conmigo por teléfono, ella sigue sudando y teniendo pesadillas con él. A la mañana siguiente hablé con Nora.
Nora: ¿Qué pasa, hermana?
Nellie: Helena, me ha dicho que ha visto a Jorge en el centro comercial...
Nora: Sí, yo también le ví.
Nellie: Quisiera que cuidases de ella en el instituto. Tú sabes mejor que nadie como de fácil se puede entrar allí.
Nora: Tranquila. Helena es como mi segunda hermana, no dejaré que ese tío tarumba la toque.
Nellie: Gracias, Nora. -no sé por qué pero Nora me empezaba a caer mejor desde hace unos días. Juré que Jorge volvería a probar una buena medicina. Así que decidí entrenarme un poco. Cuando no curraba iba a un gimnasio con Gonzalo. Él se entrenaba ya casi como costumbre porque según nos dijo, ya no tendría que volver. Eso nos alegró mucho y cuando le conté todo lo que paso con Jorge y Helena, decidió darle unas clases de defensa personal a ella. Yo mientras, junto con un entrenador personal, decidí que tendría que hacer que Jorge no volviese a tocar a Helena.

Descargas Interesantes

Hola lectores.

En este apartado solo os quiero dejar un par de descargas para ver la historia con todo su esplendor. Yo he puesto como fuente de la página unas letras personalizadas. Aquí os dejo para que os la descargueis.

Graziias!!=)

cuerpo
y títulos