lunes, 31 de mayo de 2010

cap. 11: La Cita Indeseada.

Nora siempre le observó desde lejos, nunca se podría haber imaginado que el chico que poblaba sus sueños estaría en su casa, y que nunca vendría conmigo.
Nora: Hola, Gonzalo. -se había preparado para la ocasión; unos leggins ceñidos y una camiseta con cuello barco, que hacía juego con sus ojos grises.
Gonzalo: Hola... ¿Quién eres? -a mi hermana se le cayó el alma a los pies pero respondió muy segura de sí misma.
Nora: Yo soy la hermana de Nellie, Nora.
Gonzalo: Encantado. Lo siento, debo irme con tu hermana.
Nellie: No hay problema, ellas y yo nos íbamos de compras. Gracias por el collar. -la cadena relucía alrededor de mi cuello.
Gonzalo: Pero... Yo quiero ir. Además me gusta ir de compras. ¡Mierda! La excusa no coló. Tiré del brazo de él.
Nellie: Estás tonto ¿o qué?
Gonzalo: No hace falta insultar.
Nellie: A mi hermana le molas.
Gonzalo: Nellie, Nora es preciosa pero no me voy a fijar en otra chica.
Al final, las chicas y yo nos metimos en mi habitación, para que Helena me arreglase y estrené la ropa que me regalaron. Salí de la habitación y allí estaba mi hermana, tonteando con Gonza. Iba a la puerta de salida con mis chicas cuando... Gonza me sujetó del brazo.
Gonzalo: ¿Dónde vais?
Nellie: Al parque. -por si no os lo había dicho, a Samy le encanta el Skate Board y quería enseñarnos a mí y Helena. Él me miró a los ojos... Tenía cierta furia en sus ojos...
Nora: Gonzalo... ¡Gonzalo! Ven, te voy a enseñar fotos de mi hermana y mías de peques. -salvada por Nora. De repente me dí cuenta, Nora iba a enseñar mi album de pequeña. Corrí, intentando llegar antes de él. Pero, al llegar vi que tenía todo preparado para una velada para dos.
Nellie: Que lo paseis bien. Besos Nora.
Salimos de allí y fuimos a por el skate de Samy. Después fuimos a una tienda de batidos y me pedí de fresa... Estaba buenísimo, como se notaba que eran artesanos. Me apoyé en una pared del SkatePark; de pronto, Gonza corría hacia nosotras.
Helena: ¡Mira quien viene!
Nellie: ¿Otra vez? ¡Qué pesado!
Gonzalo: ¿Por qué me has dejado con Nora?
Nellie: De cita...
Gonzalo: No vuelvas a hacerlo, que pesada se vuelve. Quería que lo hiciera con ella.
Nellie: Mi hermana está desesperada... -reí.
Gonzalo: A mí no me parece divertido. -me miraba enfadado, pero esa furia que expresaba su mirada hacía que se me subiesen los calores. Nunca supe porque ya que nunca me volvió a pasar con nadie. Mi hermana no vino a por él, quiza porque le había dejado las cosas bien claras. Al volver a casa era muy tarde, Samy, como era vecina del barrio pues no tenía problema pero Gonzalo y Helena... Tenían que ir en autobús, pero el horario de los bules se había acabado. Así que se quedaron a "dormir".

cap. 10: Regalos Y Mi Gente.

Después de todo aquello, Gonzalo cortó con Lydia y esta se quedó sin tapadera, Gonzalo insistió tanto pero yo me negué, no salí con él. Pero ahora pienso en su cara de pena, y me da ganas de echar hacia atrás, de quedarme con él, de pasar juntos unos días estupendos de primavera. Pero eso nunca ocurrió, solo puedo hacerme imaginarios recuerdos de lo que podía haber pasado. Cuando se loconté a Helena, se le quedó la boca abierta.
Helena: No debería de haber faltado. Para un día que pasaalgo interesante. ¡Jo!
Nellie: Pues sí, es una pena. Por cierto, me encanta este vestido, es tan bonito.
Helena: Por cierto, ¿cuándo es tu cumpleaños?
Nellie: El 14 de Febrero.
Helena: ¡Oh! ¡Qué bonito!
Nellie: Pues yo le tengo asco a esa fecha. En mi cumpleaños siempre las parejitas paseando, regalándose caprichos. ¡Uff! ¡Qué asco!
Helena: Eso sí. Pero este año lo celebrarás conmigo. Ya verás. -le sonreí.
La verdad es que tenía razón, fue un gran cumpleaños, ya desde la semana anterior se veía atareadas a Helena y a Samy. Y Samy, a la que nunca vi sonreir, sonreía sin parar. Por la tarde de ese miércoles, mi cumpleaños comenzó con taparme los ojos y guiarme al local reservado. Cuando llegué había una tarta de fresas y nata, un cartel escrito a mano y unos regalos. Un kit de peluquería para prender a peinarme como Helena y unos vestidos supermonos.
Nellie: Muchas gracias chicas. -las abracé. Samy metió en unos dedos en la tarta, le pongo un poco en la nariz, y ella hunta la mano y la restriega en mi cara.
Nellie: ¡Mala! -meto otra mano e intento bañar a Samy pero le restriego la mano pringosa a Helena.
Helena: ¡Zorra! -dijo y luego ella tambien coge otro trozo y me lo tira. Al final, no hay tarta está en nuestra cara.
XxX: Siento molestar. -me dí media vuelta.
Helena: Gonzalo...
Samy: No sabía que tenías ese tipo de contactos. -me miró sorprendida.
Nellie: Bueno... La verdad es que no sé que hace él aquí...
Gonzalo: Es tu cumple ¿no? Te traje un regalo. ¿Qué haceis todas con tarta en la cara?
Helena: Esto... -le retriega un poco de tarta.
Nellie: Venga... Contra él chicas.
Gonzalo: No es justo, yo solo soy uno.
Nellie: Pero eres un chico. -le pongo el plato en la cara, como los payasos. Queda blanquito por algunos lados. Me reí, ellas y luego él. Abro su regalo, es una cadena gorda, muy bonita, de plata.
Nellie: ¡Oh!
Gonzalo: ¿Te gusta?
Nellie: Es preciosa pero... No puedo aceptarla, es una Estigma... Yo...
Gonzalo: La he comprado para ti.
Nellie: Pero es muy cara. Yo no puedo aceptar un regalo así.
Gonzalo: Hazlo, es para tí. -cogió la cadena y me la puso. Sentí que sus manos sudaban. No estaba segura si era el mismo Gonzalo que siempre pensé que fue. Cuando llegamos a mi casa, Gonzalo se lavó e iba a irse pero Nora le fue a atacar.



viernes, 28 de mayo de 2010

cap. 9: Sinceridad.

Espalda con espalda, así estábamos cuando me empezó a hablar.
Gonzalo: Nellie... -no respondí. -Por favor, respóndeme.
Nellie: ¿Qué ocurre ahora?
Gonzalo: Que no quiero perderte.
Nellie: Nunca fuimos nada, nunca nos llevamos bien, solo fue un campo de trigo ¿no? -dije tan tranquila, pero por qué me golpeaba tanto el corazón, tan rápido. Nunca me había gustado Gonzalo. Necesitaba un cigarrillo. Es verdad, yo fumaba, todavía lo sigo haciendo, los Fortuna. Saqué un pitillo y lo encendí. Se levantó y me quitó el cigarrillo de entre mis labios.
Gonzalo: No hagas tonterías.
Nellie: No hago tonterías.
Gonzalo: Entonces que haces con eso entre los labios.
Nellie: Tranquilizarme. -saqué otro de la pitillera, lo encendí y seguí, esta vez no me lo impidió. -¿Qué quieres ahora de mí? Creo que te dí suficiente consejo en 3º. O ¿sigues igual?
Gonzalo: No, intenté seguir tu consejo. Pero no pude.
Nellie: Empezaste a salir con Lydia, ¿no era eso lo que querías?
Gonzalo: No.
Nellie: Pues entonces ¿qué haces con ella?
Gonzalo: Pues... -dudaba en contestar.
Nellie: Sexo ¿no? -asintió tímidamente. -¿Y sabes la verdad?
Gonzalo: Claro que lo sé. Sé como es ella, lo que en realidad le gusta, sé quien le gusta. Ella es lesbiana pero me llena y soy su tapadera. Somos la pareja perfecta. Pero quiero cambiar, convertirme en alguien mejor y ya tengo a quien amar.
Nellie: ¿Sí? Pues suerte en la vida. -me levanté, me estiré y me empezaba a encaminarme al final del parque, quería volver a clase.
Gonzalo: ¡Nellie! ¡Yo te amado desde que te ví en primero! ¡TE AMO! ¡Lo juro! -pero nada más decirme eso corrí más rápido, quería despegar del suelo. Llegué a clase, con unas lágrimas a punto de salir. Nunca había amado a Gonzalo pero, que alguien como él, le gustase alguien como yo... Era toda una sorpresa. Me sequé las mejillas y sonreí, estaba feliz de que Gonzalo se hubiese declarado; me pusé mi música. En mis auriculares sonaba So I See, clase de Música, cogí mi guitarra y me puse a tocar. La misma canción que la de Lene. De repente, cuando empecé a tocar mi guitarra, la gente se calló; y entró Gonzalo. Aún seguía cantando, no podía parar, cuando le vi, me sentí tan tonta.
Gonzalo: ¿Puedo?
Nellie: Claro. -sonreí. Se puso con una caja y empezó a golpearla, parecía que lo habíamos practicado. No paré de sonreir. No tenía porque estar triste cuando él se me había declarado.

jueves, 27 de mayo de 2010

cap. 8: Buscando El Cambio.

Sí, puede parecer increíble pero Gonzalo se portó conmigo y se abrió a mí, a alguien en quien apenas tenía confianza. Al año siguiente, me enteré de que él y Lydia empezaban a salir, no era ningún secreto ya que todo el mundo hablaba sobre ello y desde entonces les veo comerse en el pasillo, en una esquina, incluso se han colado en los baños para tener sexo. Nunca me gustó, como novio, Gonzalo pero verlos juntos me daba naúseas, tenía pinchazos en el pecho o, simplemente, ganas de llorar. Ellos dos, comiéndose, teniendo sexo... Todo eso me daba repelús y vomitos, muchos vomitos; perdí, gracias a ellos, unos 10 kgs; y no es broma. De pronto se acerca un chico, amigo de Gonzalo, y le susurra algo en el oído, para de comerle la boca a su novia y se gira; me mira sin nigún tipo de reparo, se queda con la boca abierta.
Gonzalo: Nellie...
Nellie: Agg... -pongo cara de asco y me piro. ¿Dónde te has ido, Helena?
Me propongo a mí misma coger y copiarme el estilo de Helena, su corte de pelo, sus vestidos... ¡ME ENCANTAN! Otra cosa que me propongo es no ir ahora a clase, irme de pellas, solo con mi música. Sola, en un jardín cerca de allí. Es verdad, al final cambié mi estilo, empezando por mis ropas. Una de esas dos horas de pellas, estube sola y feliz, escuchando Linkin Park, cantando a Linkin Park. La segunda hora ya no fue tan buena, me llamó mi madre diciéndome que si había faltado a clase y respondí que sí. Como acostumbrada que estaba a que mis padres no me echaran la bronca, que mi madre me regañará me pareció lo mejor que me había pasado en toda la mañana.
Mamá: No quiero que vuelvas a faltar al instituto. Si me vuelven a llamar o mandar un mensajito raro, te la cargas niña. Tienes que estudiar para conseguir dinero para independizarte sino nunca te irás de casa y no quiero aguantarte todo el día en casa. -Y después de todo el sermón, vino alguien muy popular demasiado para mi gusto. Se acercó a mí, le giré la cabeza,
intentó subir mi cabeza con las manos pero no pudo. Entonces, depués de intentar lo inimaginable para que le mirase, se puso a hablar conmigo, espalda con espalda como aquel día en el campo.

cap. 7: Las Mentiras.

Sí, allí estaba Lydia, comiéndole los morros a un chico que era guapo y alto, pero lo que más me llamó la atención de él fue su ropa; llevaba un polo rosa y unos pantalones mazo de horteras; yo ese día llevaba un vestido emo de Helena. Miraba a la "parejita" dándose un morreo, era Lydia con su chico; 3 años mayor que ella. Ahora sabía que los dos años que llevaban juntos eran puras mentiras, él era pagado con sexo y ella con el placer y que, Gonzalo fuera su tapadera ideal. Gonzalo entró dos años antes que yo en el instituto. Y repitió dos veces 1º ESO y 4º ESO, es un inútil flipado; pero me gusta su carita dulce y, es que, por mucho que yo diga, siempre pensaré en esas pellas en 3º ESO. Él y yo íbamos a la misma clase, siempre me había parecido un cretino pero un día, a primera hora, me dijo que me llevaría en su moto a su lugar especial, pensé que él no merecía mi compañía pero, aún así, le acompañé; nunca sabré que es lo que hizo decirme a mí, o por qué fui con él. Solo monté ne la moto antes de que la tutora entrase en clase.

---FLASHBACK---
Gonzalo: Ven conmigo, Nellie.
Nellie: Pero...
Gonzalo: Por favor, necesito tener a alguien que me ayude.
Nellie: De acuerdo. Pero no hagas gilipolleces, ¿eh?
Gonzalo: Tranquila, no lo haré. -me miró con cariño. Pero no llegué ni a ponerme roja, su moto salió escopetada por las puertas del instituto. El tío que debía no dejar salir a nadie sin autorización, no pudo prohibirnos la salida. Cuando me quise dar cuenta, estábamos en una carretera a 120 km/h.
Nellie: ¡Te dije que no hicieras locuras!
Gonzalo: No hago locuras. -entonces cogió una curva a tal velocidad que cerré los ojos. Y no los volví a abrir hasta que la moto paró. Era un hermoso campo de trigo.
Nellie: ¿Qué hacemos aquí?
Gonzalo: Mira, Nellie, este es mi sitio secreto.
Nellie: Pero, ¿para que me has traído aquí?
Gonzalo: Mira, sé que no nos conocemos mucho y sé que para ti soy un capullo pero... -se sentó entre las hierbas, el Sol le daba en la cara y su aspecto dulce duró unos instantes. -Nellie, he perdido a alguien importante y no sé como debo sentirme, porque ella me ha dejado y me siento triste, pero hay alguien en clase que me gusta muchísimo y no paro de pensar en ella. Pero, me siento mal por olvidar tan pronto a mi ex y por otro me siento bien porque tengo muchas posibilidades de acabar con la chica que me gusta. -miró con sus ojos al Sol, esa escena se quedó guardada y archivada en mi cerebro, en mi mente.
Nellie: Y, ¿por qué a mí? Háblalo directamente con ella.
Gonzalo: ¿No debería esperar unos días en plan luto?
Nellie: El amor no entiende de circunstancias, no intentes darle sentido a algo tan metafórico.
Gonzalo: Ya... Gracias. -me sonrío, por unas horas no fue Gonzalo el capullo sino el verdadero Gonzalo. Me senté a su lado, o paseaba de un lado a otro, y lo pasamos así hasta las 11:30. -Vamos, que te llevo a clase.
Nellie: Gracias. -le dediqué una sonrisa sincera y el respondió con un pequeño rubor, al cual no di importancia. Al volver a clase, el director nos buscó y habló con nosotros, al final el hombre se acabó tirando el royo y no nos dió ningún castigo. Al volver al aula, nos convertimos en nuestro papel dentro de la clase, él en capullo y yo en marginada.
Chico 1: Joder, Gonza, ya tienes que estar desesperado; tirarte a la Marginada.
Chico 2: Es que sí. Teniendo a Carmen o a Julia y vas a por la rarita. ¡Qué gilipollas!
Gonzalo: Déjadme en paz, perdedores. Que será una rarita pero está de buena... -me miró, y le aparté la cara de manera brusca. Cuando comenzó Biología, le iré un par de veces, tenía la mirada un poco triste.

---FIN FLASHBACK---

cap. 6: Nueva Antigua Amiga.

Después de preguntarla lo que la pasó el día de su cumpleaños y como reaccionó, no volví a preguntarla sobre los moratones de su brazo, ni los cardenales de la espalda; debería haberlo hecho pero me contuve para que no se enfadase conmigo. La verdad... tenía miedo de perderla si le volvía a preguntar. Entonces Samanta la preguntó:

Samy: ¿Cómo te has hecho esto, Helena?
Helena: Nada. La verdad es que no me di cuenta o no recuerdo cuando me lo hice. -Samy y Helena se llevaban... A veces bien, otras discutían; Samy fue al colegio conmigo pero nunca nos llevamos bien. Era una de las pocas personas con las que se podía hablar, más que amiga, la llamaría compañera. Era una mestiza de madre sudafricana y padre francés, menuda combinación; ella era explosiva, todos los chicos la miraban, y muchos comentaban cosas; unos osaban decir que se la habían llegado a llevar a la cama pero ella era inteligente y no se dejaba llevar por los rumores, es más, su humor era del tipo negro, de ese que nunca sabes cual va a ser su contestación. Samanta, como he dicho, nunca me cayó muy bien. Pero, al final, entró en nuestro grupo. Ella decía que estaba con nosotras porque éramos inteligentes, algo que faltaba en nuestro instituto, yo siempre he pensado que lo que pasaba era que nadie la aceptaba como era. Por la tarde le pregunté a mi madre más sobre Samanta, ella me contestó:
Mamá: Samy era tu mejor amiga en la guardería, recuerdo que con 3 años te pasabas el día tocándola el pelo. Una vez te pregunté y dijistes que es que su pelo era diferente al de las demás niñas. A ti te gustaba todo lo diferente. Incluso, una vez, llegaste a cortarle a una niña el pelo porque tenía el mismo peinado, tu profesora estaba histérica.
Nellie: ¿Por qué nos separamos?
Mamá: La verdad... Es que te volviste como las demás, te dejabas llevar por los demás. Y cambiasteis de rumbo. -me sorprendió ver que yo había sido una oveja, como todas las demás. A la mañana siguiente, Samy me contó la misma anécdota que mi madre me contó ayer. Su madre es fotógrafa y su padre... Creo que es oficinista. Helena vino y nos saludó con dos besos en la mejilla a cada una. Llevaba puesta el lazo morado que le había comprado, lo había partido en dos y se había hecho dos coletitas monísimas encima de la cabeza. Dios, que asco de primera hora, tenía matemáticas, con ecuaciones de 2º y 3º grado, esperándome en aquella pizarra blanca, la boca indefinida se volvió una sonrisa cuando pronunció mi nombre.
Sra. Agreste: Nellie de las Heras, salga al encerado.
Nellie: Sí, señora.
Sra. Agreste: Soy una señorita. -sí, claro, con sus 50 años es usted una señorita. Divagué un poco por mi memoria por si se me aparecía la fórmula como por arte de magia. Agreste me iba a sentar en mi sitio cuando dije que necesitaba algo de ayuda y pedí a Sam que me ayudara. no me había salvado porque Sam me susurrara las malditas fórmulas sino que todo lo demás lo tuve que hacer sola. Me sentí un poco inútil.
Sra. Agreste: Muy bien, señoritas. Hacen un buen equipo. -se me abrieron los ojos como platos. "La Agreste halabándome, ¡qué fuerte!". Cuando salí al patio, Helena no estaba, me dijo que tenía que ir a ayudar a su padre; Sam se fue a la biblioteca a estudiar creo que sobre inglés. Entonces la vi a ella, comiéndose la boca con un niñato pijito-choni.

cap. 5: Movidas Y Jodiendas.

Nellie: Así que, estabas celosa de Helena porque te gusto.
Lydia: Sí.
Nellie: Y la jodes a ella la vida para recuperarme. -asintió.
De repente, la puerta del baño se abrió, Helena miraba estupefacta a Lydia. No se podía creer que la que nos había metido en un lío y nos había dejado mal, era la verdadera lesbiana.
Helena: Tú... Intentabas quitarme a mi única amiga en años... Juro que no te lo perdonaré.
Nellie: Tranquila Helena. No sirve de nada hablar con ella.
Lydia: No me abandones, Nellie.
Nellie: Yo elijo mi camino. Ni tú puedes cambiar eso. -me dirigí a ella de una forma hosca y, llorando, me fui. ¿Por qué...? Me daba igual era ella la que se había jodido sola. No era lesbiana, nunca la hubiera correspondido.
Helena: Idiota... es una idiota.
Nellie: Siento que haya hecho eso.
Helena: Me da igual, tú estás conmigo.
Nellie: Claro, somos amigas y yo a mis amigas las ayudo y apoyo. -pasaron los meses. Meses llenos de rumores, de crueles burlas, de grotescas caras, pero me daba igual y llegó Diciembre y Helena celebró su cumpleaños. El día 25 de Diciembre, por la mañana, me fui a comprarla un regalo, mis padres me soltaron unos 500€, fui a la calle Fuencarral y, allí, le compré una falda de tul muy a su estilo; unos tintes de colores cantosos y unos lazos. Cuatro días después le llevé los regalos. Ella me abrió la puerta y le dí los regalos. Su padre nos miró, se acercó a ella y le arrebató los regalos. Los abrió y al verlos los tiró al suelo.
Padre: Son muy caros, no puedes aceptarlos.
Nellie: Pero es su cumpleaños y Navidad.
Padre: No me respondas, niñata.
Nellie: Son mis regalos para ella. Si ella los quiere que se los quede. Venga cógelos Helena. Son tuyos.
Padre: No los recojas. Que los coja y se los lleve.
Helena: Pero me gustan un montón, papi.
Padre: No los aceptes. -la miraba como amenazándola. Ella los recogió y me los entregó.
Helena: Lo siento. Hablaré contigo después. -me cerró la puerta en las narices, me fui triste de que su padre fuera así, de que ella no se hubiera enfrentado a él. Quedé con ella a escondidas esa misma tarde. Apareció con un par de moratones, le pregunté y me dijo que se había caído, intenté averiguar más pero ella saltaba con excusas. No pregunté más, ojalá lo hubiera hecho, le di sus regalos y los escondió entre sus ropas, subió a su piso corriendo y no la volví a ver hasta el empiece de las clases. Mis navidades fueron un infierno, no tenía con quien salir ya que Helena no quería salir de casa para nada.
Helena: ¡Hola! -era el primer día de clase y ella llevaba puesto mi regalo de cumple. Me sentí maravillosamente.
Nellie: Buenas...
Profesora: Venga, niños, a sentarse.

martes, 25 de mayo de 2010

cap. 4: Un Instituto En Nuestra Contra.

A la mañana siguiente de lo de ir de compras. En el instituto por la mañana, un montón de gente me señalaba y miraban su móvil. ¿Qué les pica a estos ahora? Resulta que alguien, misteriosamente, había mandado unas fotos comprometoras mías y de Helena; solo salíamos abranzándonos pero nadie se planteó la posibilidad de otra cosa. Yo era una chica masculina y ella una chica muy femenina y, claro, todo el mundo pensaba los mismo:
Chico: ¡Mirad! ¡Es la lesbiana!
Le miré y se calló pero sabía que todo el mundo pensaba eso mismo. Helena se acercó a mí y me contó que la habían venido molestando,
Helena: ¿Por qué contra nosotras? -Yo sabía perfectamente quien era el misterioso autor de las fotos.
Nellie: Voy a aclarar unas cuantas dudas. -pero antes de poder acercarme a Lydia, vino el jefe de estudios.
Vázquez: Señorita de las Heras, venga conmigo. -me llevó a su despacho. -Lo que haga después de clase no me importa pero no quiero que haya líos de alumnos dentro de mi instituto. Así que quiero que corte esa relación por lo sano.
Nellie: Pero... Sr. Vázquez...
Vázquez: Ni peros ni nada...
Nellie: Sr. Vázquez, no estoy saliendo con Helena, ella y yo estuvimos de compras ayer, nos enfadamos y, por eso, salimos así en la foto. No tenemos ningún lío.
Vázquez: ¿Está segura?
Nellie: Claro. -me levanté y salí del despacho. Cerré con cuidado. Helena estaba fuera con sus ojos azules muy colorados. -¿Qué te pasa?
Helena: He tenido que salir, no paran de meterse conmigo. -justo cuando ella me estaba contando todo, bajó la culpable de todo. Bajaba sola, raro en ella.
Nellie: Tú, eres una estúpida. Me caes como el puto culo. -la levanté del cuello de la camisa.
Lydia: Para, por favor. No quiero, mira lo que le has hecho a Helena. ¿Te parece bien hacerle eso a una compañera? Yo aguanto porque soy más fuerte pero ella es nueva. -Lydia entró después que yo al instituto pero siempre nos llevamos bien. Si recuerdo bien como era cuando entró, nadie creería el gran cambio que dió. Llevaba gafas yera morena y solo le importaban las notas.
Lydia: Vayamos a hablarlo en el baño.
Nellie: De acuerdo. Ahora vuelvo Helena. -solo meneó la cabeza. -Eres una zorra. Ella es nueva. ¿Por qué no te metes conmigo a secas?
Lydia: Porque siempre estás con ella. Yo fui tu amiga desde casi siempre.
Nellie: Pero te volviste una estúpida pija, ahora lo único que quieres es ser popular, no quiero alguien como tú de amiga. Que acumulas amigos porque sí. -me miraba apenada, parecía un perrillo abandonado.
Lydia: Lo siento. Siento haber sido tan mala amiga pero sé que tu amistad era sincera.
Nellie: Pero, como he dicho, no quiero una amiga que prefiere un montón amistades falsas a una sola amistad verdadera.
Lydia: Eres muy importante para mí. -se acercó a mí, me empezó a acariciar, la piel se me puso de gallina; se iba acercando tan lentamente, como intentando confesarse solo con la mirada. Me intenté separar de ella pero ella, rápidamente, acercó sus labios hacia los míos y me besó. Entonces era importante para Lydia pero de un modo que no me gustaría.
Nellie: ¡Quita! Estúpida. -empezaron a salir lágrimas de mis ojos. -Tú... ¡Tú! -la miré y ella me miró.
Lydia: No me mires así. Siempre me has gustado.

jueves, 20 de mayo de 2010

cap. 3: Pija A La Vista.

En la estación me esperaba ella. Una de las chicas más tontas de mi clase y a la que creí mi amiga.
Lydia con un vestido amarillo, miraba con cara de sorpresa y de asco.
Nellie: Lydia...
Lydia: ¿Qué haces por aquí, Nellie? Aquí solo pueden venir chicas refinadas. Y tú no tienes nada de clase. -seguí escuchando mi música, ignorándola. -Venga, enfréntame.
Nellie: Déjame en paz. Fuimos amigas y me las diste por la espalda. ¡Olvídame!
Lydia: Eras mi mejor amiga.
Nellie: No tengo porque darte más explicaciones, si te gustan las que tienes bien sino... Ajo y agua, guapa. -me estubo mirando un buen rato y como perdida en sus propios pensamientos. Me metí en una tienda de ropa gótica y demás, vi una camiseta superbonita que enseguida sabía que me la iba a comprar. Como visteis, sigo resentida por la traición de ella. Me empezó a sonar el móvil, Don't Jump de Tokio Hotel.

---CONVERSACIÓN TELEFÓNICA---

Helena: ¡Nellie!
Nellie: Helena... -estaba enfadada por haberse olvidado.
Helena: Siento lo de antes, no pasa nada. He hablado con mi padre y si me deja salir hoy, ya que no tengo deberes.
Nellie: Bueno... Tampoco es que me importe ir yo sola de compras...
Helena: Por favor, eres mi única amiga desde hace 3 años. -sollozaba. Aquellos sollozos hicieron que la armadura del corazón se me desarmase.
Nellie: Vale. Estoy en la calle Fuencarral.
Helena: Okey. Ahora mismo llego, que estoy muy cerca.
---FIN---

Es verdad, tardó apenas unos 10 min. Cuando nos encontramos en la tienda... La abracé, ella también lo hizo.
Nellie: Tú también eres mi única amiga en mucho tiempo. -Lydia estaba asomada, mirando por el escaparate. Después de aquella estupenda tarde, en la que las dos lo pasamos de puta madre y compramos varios conjuntos, tuvimos que volver a casa. Nunca nos imaginaríamos que alguien nos iba a hacer una jugarreta.

cap. 2: La Chica Nueva.

XxX: ¿Puedo sentarme contigo?
XxX: Claro. -quité mi mochila y dejé que se sentase a mi lado, estaba claro que no había otro sitio, miré por detrás, resulta que había un montón de huecos. -¿Seguro que te quieres sentar conmigo?
XxX: Claro. -me sonrió, entonces me fijé en sus ropas, llevaba un vestido supercantoso. Con la parte de arriba negra y una falda de tul roja con topos negros. Le quedaba súperbien. -¿Cómo te llamas?
XxX: Soy Nellie. -respondí.
XxX: Yo, Helena. -me siguió sonriendo. Sonó la campana y todo el mundo empezó a entrar, cuando pusieron una pie en la puerta miraron mi sitio y en cuanto noté esas miradas... Puse mi iPod a todo volumen. La chica se dió cuenta de todo.
Helena: ¿Te molestan? -no la oí así que ni siquiera me giré, cogió un casco y me lo volvió preguntar. Entonces me dí cuenta de su dulce y armoniosa voz, la miraba como embelesada, era muy guapa, no sé que hacía allí, en un rincón, con alguien como yo.
Profesora: ¡Buenos días, chicos! Os voy a presentar a Helena Gallardo. -la aludida se acercó a la pizarra. - Bueno, cuéntanos cosas sobre ti.
Helena: Hola, yo soy Helena. Mis aficiones son leer, pasear e ir de compras.
XxX: Pues no sé nota.
Profesora: Lydia, cuida tus modales. Hay que respetar a los demás.
Lydia: De acuerdo. -Lydia es la típica niña pija que, con solo mirarse las uñas, se le rompen.
Helena: La verdad es que me gustan mucho los peluches, la música y teñirme el pelo. -se estaba abriendo con una facilidad indescriptible. Ella intentaba sonreir pero era una sonrisa forzada. En su mirada se notaba que tenía de retorcer el frágil cuello de las tres rubias que hablaban atrás del todo. Era odioso verla pasarlo mal.
Nellie: ¿Quéreis parar?
Rubia 1: ¿Por qué? ¿Está contando algo importante?
Nellie: Sí, más importante que los tíos que os habeis follado este finde.
Rubia 2: Perdona, bonita...
Nellie: Lo siento, no soy bonita, soy bellísima al lado tuya. -dos de ellas se levantaron, yo también.
Rubia 3: Mírala, si parece un chico. Se parece a Bill, el de Tokio Hotel.
Nellie: Eso no me lo dices en la calle puta.
Profesora: Basta ya, niñas. Siempre tú en medio, Nellie de las Heras. ¿Qué voy a hacer contigo?
Nellie: Han sido ellas.
Profesora: Siempre son ellas ¿no?
Nellie: Pero...
Profesora: Solo me das quebraderos de cabeza. ¡Al jefe de estudios! -la primera visita de este curso, puta profesora, otra vez ver la jeta de ese viejo de Vázquez. ¡Qué asco! No me presenté por allí, volví a la hora siguiente y la profesora explicaba, llamé a la puerta.
Nellie: Claro. -me iba a sentar en otro rincón, lejos de la nueva, no estaba enfadada con ella, creo que pensaría que la mala era yo entonces ví su mano hacerme señas de que me sentase, creo que eso era ser un amigo. -Siento haber jorobado tu presentación.
Helena: No pasa nada. Nadie la escuchaba...
Nellie: Yo sí. Creo que eres muy interesante, Helena.
Helena: Gracias. -sonrió de verdad, sin una sonrisa forzada. Toda la hora estubimos hablando, nos dimos cuenta de que nos pareciamos mucho. Esa misma tarde quedamos, pedí dinero y me dieron un fajo...
Cuando cogí el bule para llegar a su casa, me encontré con Nora, mi hermana, me empezaba a picar que si estaba foca y tonterías por el estilo pero no la hice ni caso y eso la cabreó. Bajé cuatro paradas más adelante, creo que mi hermana me siguió. Miré el número del portal. Su casa resultó ser un edificio de pisos, llamé al portero y me habló un hombre con muy malas pulgas:
XxX: ¿Quién coño es?
Nellie: Esto... Soy una amiga de Helena. ¿Puede decirla que baje?
XxX: Helena no puede salir hoy.
Nellie: Pero...
XxX: No me repliques niñata. Además no está aquí, está por ahí.
Nellie: Gracias. -colgó el teléfonillo, con mi móvil llamé a Helena.



---CONVERSACIÓN TELEFÓNICA---


Helena: ¿Sí?
Nellie: Hola, soy Nellie.
Helena: ¡Nellie!
Nellie: ¿Dónde estás?
Helena: En casa.
Nellie: He llamado y me ha respondido un hombre muy loco diciendo que no podías salir.
Helena: Sí bueno...
Nellie: ¿No me pensabas decir que no ibas a salir?
Helena: No pensaba que fueras a venir tan pronto... -colgué.


---FIN---


Me fui a comprar yo sola, fui a los barrios con más tiendas de Madrid, Fuencarral y Bravo Murillo, desde mi casa a allí hay unas cuantas paradas de metro, me puse la música y pensé que no quería tener ningún amigo... Si fallan todos igual. Entonces, cuando iba a salir del metro, en la estación me esperaba ella.

lunes, 17 de mayo de 2010

cap. 1: Desdichada.

Yo, era una chica normal con una vida normal y un poco desdichada, yo solo tenía a la música para que me calmase. Lo único que no me fallaba era la música, mi familia para mí era una cosa que nunca conocí, no era huérfana pero como si lo fuera, mis padres solo me tenían de fregona y de esclava de mi hermana, Nora; yo era una especie de Cenicienta moderna salvo porque tenía todo lo que cualquier chica desearía, un montón de ropa, pedía dinero y me daban 500€, tenía un iPod de última generación y un Windows portátil y un Mac para el Photoshop. Pero, yo era desdichada y es que por muchas cosas que tuviera... No tenía el amor ni el cariño de alguien, en clase no tenía la amistad de nadie y mis profesores se preocupaban por mí pero nunca me dí cuenta que eso era cariño y preocupación como mis padres nunca me pidieron que aprobara y pasaba de estudiar, yo era llegar a clase, ponerme el iPod a todo volumen, me daban igual mis compañeros, mis notas seguían bajando. Repetí, teniendo todas mis  notas suspensas, lo único que aprobé fue Inglés, pero todo me daba igual. Mis padres vieron mis notas pero no dijeron nada, solo me dijeron que si quería un piercing. Yo, en parte, me alegré pero me sentía tan descuidada... Quería que me riñeran, parecerá una gilipollez pero si tus padres te riñen es que se preocupan. Me hice el piercing, pero mi alma seguía podrida e infecta. En Septiembre, que empezó el curso y seguía con mis movidas, entré en clase pronto como era costumbre, iba a cumplir 17 años y repitiendo 4º ESO, pero pasaba de todo, me iba a poner el iPod cuando alguien me tocó por detrás y me dijo:
XxX: ¿Me puedo sentar contigo?


continuará...

Descargas Interesantes

Hola lectores.

En este apartado solo os quiero dejar un par de descargas para ver la historia con todo su esplendor. Yo he puesto como fuente de la página unas letras personalizadas. Aquí os dejo para que os la descargueis.

Graziias!!=)

cuerpo
y títulos