Helena: Idiota... ¡Déjame en paz! ¡Te odio! -Helena me pasó el móvil, le había hecho daño a ella y a mí, y a saber a cuantas más. Había roto mis sueños, mis ilusiones de estar con él para siempre.
Eso es algo que no se puede perdonar así como así.
Gonzalo: ¿Helena? ¿Nellie?
Nellie: ¿Con cuántas has jugado? Venga, dímelo. ¿También con tu hermana?
Gonzalo: ¿Qué sabes tú de eso?
Nellie: Nada pero el día de mi cumpleaños me llamó, amenazándome con llevarte lejos, fuera de mi lado, pero ya no me importa. Vete con Gabriela y con las que hayas tenido y ¡Lárgate fuera de mi vida! -colgué.
---FIN---
Helena seguro que se había ido a ver a Tom, a que la consolara; yo salí un rato por los bares de la zona. En uno de ellos me encontré a mi tentación pero estaba demasiado triste como para dejarme tocar.Bill: ¿Qué haces tú por aquí?Nellie: A por un trago. -encendí un pitillo.
Bill: ¿Fumas?
Nellie: Sí desde que tenía catorce, ahora es un mal vicio del que me quiero quitar.
Bill: ¡Ah! ¿Lo sabe, Gus?
Nellie: No lo sé.
Bill: ¿Te da igual lo que él piense de tí?
Nellie: ¡No! Claro que no.
Bill: Venga otra copita más.
Nellie: Anda, deja de brindar; te vas a hacer daño.
Bill: ¿Qué más da? Yo no tengo alguien que me quiera, tú tienes a Gustav, Tom tiene a Helena, Georg a sus ligues de discoteca. Pero yo no tengo a nadie.
Nellie: Eso no es verdad. Si quisieras podrías buscarte una chica, conforme a tu estilo.
Bill: Pero mi estilo eres tú. Tú eres perfecta para mí, te gusta la música oscurilla, llevar el pelo a un lado. No pegas con Gustav.
Nellie: Da igual, yo quiero a Gustav aunque tú me atraigas.
Bill: ¡¿Qué?!
Nellie: Creo que me voy. Quiero ver a Gus antes de que se duerma.
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