sábado, 26 de junio de 2010

cap. 45: La Soledad.

Gustav se despidió de mí en el tren que me llevaría a Berlín, lejos, muy lejos de quien quería. No podía despedirme, hacía menos de una semana que nos conocíamos. ¿Por qué el destino era tan malo con nosotros? ¿Qué le habíamos hecho al Karma para que nos separara? Ninguna pregunta tenía respuesta, Helena iba hablando conmigo preo yo iba con mi música, sin escuchar nada de lo que me decía. No podía parar de pensar en Gus.
Helena: Le echarás de menos. Pero para eso ya estoy yo aquí, soy tu animadora. Verás como un año se te hace corto.
Nellie: Claro que sí. -cuando llegamos a la parada de Berlín pedimos un taxi, Gustav me había dado un poco de dinero, se lo había cogido pero casi como si me estuviera pagando para que le olvidara. Así que ese dinero lo guardaba Helena. Llegamos al aeropuerto en muy poco tiempo, allí cogimos un avión con destino Madrid, un destino que no me reservaba ninguna sorpresa, o eso pensaba. También pensaba que nadie me esperaría en la puerta, como hizo Gonzalo cuando me fui, la verdad es que no supe nunca, ni sabré si él se despidió con un beso sincero o un beso de cortesía para no levantar sospechas. Llevaba la música puesta, a los pocos minutos de despegar me dormí, con Blue Moon de Anna Tsuchiya, sonando en mis cascos y haciéndose paso por mi cerebro hasta llegar a mi sueño. Soñé con algo muy extraño, la luna era azul, allí estaba mi chico pero estaba con otra, dando sus labios a otra que no era yo. La noche era tan bella pero aquella escena... ¿Por qué? ¿Por qué me pasaba aquello a mí? Me sentía muy insegura.
Helena: Despierta. Ya estamos en Madrid. -me dió unos codazos y me intentó levantar, yo me hice la remolona. Pero cuando ese sueño desapareció, no apetecía tener los ojos cerrados. Bajamos del avión y en la entrada estaba esperando Gonzalo. Yo no me digné a mirarle, ni él a mí. Pero cuando reaccionó, levantándose, yendo a buscar a Helena y ayudarla con las maletas... Sentía ira, rabia, celos y ¡¡ODIO!! Mucho odio se empezó a acumular en mí.
Gonzalo: ¡Helena! -¿por qué a ella la recibes como tu reina? ¿Por qué no me das una razón por la que me cambiaste? pensaba y lloraba. Me sentía completamente traicionada y más cuando ella se acercó a él. Y aunque mi casa estaba lejos del aeropuerto cogí un autobús y de ahí, a mi casa. En la puerta, mi hermana estaba escribiendo algo. Había cambiado su estilo casi por completo, había teñido su bonito pelo castaño claro con un negro noche, le quedaba igual de bien.
Nellie: ¡Nora!
Nora: Sister...♥ -joder, el apoyo de mi hermana fue lo unico que tube en todo el día. Le conté lo mío con Gustav, de TH. -Ya lo ví por la tele. Ahora eres mi heroína. Pero yo voy a por Bill o Tom. Por cierto, ¿y Helena?
Nellie: Estará con su querido Gonzalo.
Nora: ¿Pero Gonzalo no es tu novio?
Nellie: Así era, pero ellos dos tenían un lío.
Nora: Es una hija de puta... La voy a matar.
Nellie: A mí me da igual, tengo a Gus, todo lo demás me da igual. -entré en casa, mis padres me abrazaron, la primera vez en 10 años. Subí a mi habitación, desempaqueté las cosas y las fui colocando en el armario pero ya no podía dejar de unir la palabra traidora y la cara de Helena. Entregué todos los regalos que traía de Alemania. Y me fui a dormir, soñé una pesadilla espantosa, me desperté a las 3 AM.

cap. 44: El Adios.

Aún sigo conservando ese dibujo.
El dibujo que nadie podrá arrebatar de mi mente. Gustav, ojalá vieras lo que sufro, ahora que no puedo tenerte... ¿Porqué...?
Recuerdo que después de aquellas tonterías me abrazó y me besó, mi cuerpo ardía, fui abriendo su pantalón... ¡Mierda! Parezco una prostituta. ¿Por qué siento que quiero sexo? Somos una pareja, no todo es sexo... -pensé pero no podía parar, cada caricia que le hacía hacía que su sexo se levantase. Nellie, párate. Pensará que eres de todo menos decente.
Gustav: ¿Seguro que quieres hacerlo? -tenía cara de disgustado.
Nellie: No sé que me pasa...
Gustav: ¿Seguro que me quieres? -esa pregunta me hizo mucho daño pero tenía su razón, sin más le había empezado a picar.
Nellie: Claro que te quiero...
Gustav: Pues deja de hacerme eso, no me mola. -quité mi mano de su entrepierna, le había hecho enfadar. Eres tonta. Él se levantó y se marchó al sillón. Yo también me levanté y me dirigí a la puerta, quería irme, era la peor persona y novia del Universo; tenía miedo. La verdad es que con Gonzalo, era así casi todo el día, nada que ver con las películas o las series, los chicos son tan extraños. Cuando cerré la puerta tras mía, sollocé pero no pensé más, pasé por la habitación de los Kaulitz, fuera estaba Bill, detrás de la puerta se oían a la otra nueva pareja. Joder, como grita la cabrona de Helena. Llamé a su puerta, cortando su íntimo royo.
Nellie: Joder Helena, gime más bajo, te oigo desde la habitación.
Tom: ¡Qué te jodan!
Nellie: ¡¡A ti maricón, aquí tienes a tu hermano, en la puerta como un sobrante!! -grité. Salieron todos de sus habitaciones; Georg salió rascándose los ojos. Gustav asomó su cara. Helena se vistió mientras Tom se quejaba.
Tom: Gracias, hija de puta.
Gustav: Menos con ella ¿eh, cabrón?
Georg: Relajaros chicos.
Tom: Fue ella.
Georg: Pero ella tenía razón, te oíamos todos y, una vez es suficiente, pero todas las noches igual... Nos hace sentir mal. Piensa en tu hermano.
Tom: Pero cuando el liga no le importa nadie.
Gustav: Ni una poya. Bill siempre piensa en ti. Sino, ahora mismo no estarías con Helena.
Bill: Basta, Gustav.
Nellie: Sí, tranquilo. Ven conmigo, anda. -agarraba su mano con fuerza. -Lo siento chicos. -me dirigí a Bill, sobretodo.
Georg: No pasa nada. Llévale a la cama.
Nellie: Gustav... Lo siento. Me voy. -todavía nos agarrábamos las manos, entrelazadas, por mucho que pensara en irme, yo no quería irme.
Gustav: No quieres irte ¿eh? -no podía responder, mi estómago tenía un gran nudo. -Contesta.
Nellie: ¡No! ¡No quiero irme! Quiero... una guitarra.
Gustav: Vale... -salió de la habitación, no sé donde fue, durante un momento tuvo una riña con Tom Kaulitz, al final volvió con una guitarra. -¿Te sirve?
Nellie: Sí... -en realidad, creo que ni siquiera hablé. Solo le sonreí, me senté en la ventana, y empecé a cantar. -
Kasaritsukenai de ikiteyuku koto wa kono yo de ichiban/ No me expongas
MUZUKASHI KOTO?/ ¿es lo más díficil en este mundo seguir viviendo?
Anata kara morau nara katachi no nai mono ga ii/ Si viene de tí, entonces está bien que sea intangible
Kowareru mono wa mou iranai.../ ya no quiero cosas que puedan romperse...

Siempre he cantado esa canción, la verdad es que nunca llegué a saber que significaba en realidad hasta que la busqué en letras. Entonces me dí cuenta que no había mejor canción que esa para aquella situación. De repente, se oyó un pequeño golpe contra la puerta y alguien cayendo por toda la puerta, como restregándose.
Gustav: No abras. Es Bill.
Nellie: Claro. -no hacía ni una semana que estaba con Gustav cuando me dijo que su gira seguía. -No me quiero separar de ti.
Gustav: No sé si podré llevarte conmigo, ni aguantar todo lo que hay que aguantar.
Nellie: Pero...
Gustav: Yo tampoco te quiero dejar, cuando vayamos a Madrid, te recogeré así podrás hablar con tus padres y acompañar a Helena.
Nellie: No me olvides.
Gustav: Nunca podría. Eres guapísima... -le abracé, no podía soportar la idea de que él se fuera, lejos de mis labios y mis brazos. La noche anterior, tuvimos sexo, un último adiós, algo normal, no fue nada erótico sino algo que representaba la unión de dos personas en una. Helena me esperaba en la puerta de aquel tren que me llevaría muy lejos.
Helena: Es hora de irse.
Gustav: Volveré a por ti. -enlazó su meñique con el mío.

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En este apartado solo os quiero dejar un par de descargas para ver la historia con todo su esplendor. Yo he puesto como fuente de la página unas letras personalizadas. Aquí os dejo para que os la descargueis.

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