martes, 8 de junio de 2010

cap. 25: Miedo A Perderle.

Cuando se lo conté a Enrique, al principio no me creyó, solo las fotos y el parte de faltas hicieron que viera en que monstruo se había convertido su alumno. Yo echaba de menos a Gonzalo, él no poder verle me mataba, me tiré todo el invierno esperando algo suyo. Como no iba al instituto me decidí por hacerme un módulo de estética, así conseguir entrar en alguna peluquería moderneta. Pero cuando terminé el módulo me sirvió de muy poco, había pocas peluquerías que me contrataban y siempre de prácticas, así que no cobraba nada. Hasta que llegó el día de mi cumpleaños, eran las 7 PM y yo estaba en una entrevista de trabajo. Marco Aldani buscaba gente para aprender estilos diferentes, al ver mi peinado a lo emo dijo que era una de las que entraba en su barquito. La verdad es que cobraba bastante bien comparado con otros locales. Llegué a casa muy contenta. Abrí la puerta de mi casa, me encontré con Consuelo, estaba llorando, sostenía entre sus manos una carta. Tenía miedo. Tenía mucho miedo, me acerqué a ella temblando, cogi la carta que había caído entre sus dedos. Era una carta de Gonza para mí. En la que ponía:
"                                                                                                    21/01/20**
Querida Nellie:

Aún sigo vivo como te prometí, espero que no me hayas olvidado. Aquí he hecho grandes compañeros, ya te presentaré a César y a Borja. Estoy seguro de que te encantará haberles conocido. Y nada... La instrucción me va muy bien, mi jefe es un poco blandengue pero también es muy guay. Quiero verte... Tengo tantas ganas de abrazarte, mimarte y demás cosas. Juro por... mi corazón que estaré contigo el día de tu cumpleaños, espero que a Helena y Jorge les haya ido todo bien. Cuando esté contigo quiero que me pongas al día de todo porque quiero enterarme del más absoluto detalle. Por cierto, dile a mi madre que me he encontrado con mi hermana, aquí, preparándose para ser una marine. Dile que la manda recuerdos y que se pasará un día a verla.
Otra cosa... Te quiero.

                                             Gonzalo.
"

Pero hoy era el día de mi cumpleaños y no estaba conmigo, eso solo podía ser dos opciones, una buena y otra mala. La buena, que se hay retrasado el vuelo y, por eso, no podía venir, la mala era que hubiera muerto. Pero me negaba a esa idea. Cogí mi móvil y marqué:
Nellie: Enrique.
Quique: Dime, soldado Nellie.
Nellie: ¿Puedes acceder de alguna manera a las listas de muertos en las misiones de paz? -un escalofrío recorrió mi espalda y su madre puso cara de desesperación.
Quique: Claro. -se hizo una pausa.-Es por lo de Gonzalo ¿no?
Nellie: Sí. -estaba apunto de llorar. No podía llorar delante de Quique.
Quique: Tranquila, ahora mismo llamo y a ver que ha pasado. -colgó. Confiaba en unas buenas noticias, no quería pensar que Gonzalo estaba muerto, me negaba rotundamente a ese pensamiento. Pasaron los segundos, los minutos, las horas... Hacia las 5 de la mañana, mi móvil sonó, no reconocía el móvil pero lo cogí igualmente.
Nellie: ¿Sí?
XxX: Hola Nellie. -era una voz femenina.
Nellie: ¿Quién eres?
XxX: Yo también quiero a Gonzalo, y será para mí. -y colgó. De repente, volvieron a llamar, era Quique.
Nellie: General...
Quique: Tranquila, he hablado con su superior; me ha dicho que este mediodía volvía desde Siberia en tren. Eso suele tardar mucho, así que tranquilizaos las dos.
Nellie: General, me ha llamado alguien, era una mujer por su voz y me decía que me iba a quitar a Gonzalo, ha dicho mi nombre. Vén a casa y revisaremos las llamadas recibidas a ver con que damos. Antes de irme, le conté la situación a Consuelo, que se metió en la cama. Me fui a la casa de Nadia y allí me esperaba Nadia con Quique. Le dí mi móvil a Quique que lo dejó todo a manos de Ismael mientras él se fue a dormir. Estaba preocupada por Gonzalo.

cap. 24: El Caballero De Burro Blanco.

No podía imaginarme que Jorge, el que creía un gran caballero, resulta que era un maldito cobarde que pegaba a las mujeres y yo había vengado, mínimo a Helena. No sabíamos si había pegado a más personas. Lo que más nos disgustó a Héctor y a mí es que no lo denunciara, debía de haberlo hecho, nunca sabremos si pegó a otra mujer, pero yo ya no veía en ñel un caballero, sino un cabrón que tocó a mi mejor amiga.

Jorge me miró, yo le hice una mueca y él... me mandó un beso. Pedí que me dejaran hablar con él a solas. Los policías se miraron contrariados.
Nellie: Tranquilos, yo le he tumbado antes. -pero, aún así, estaban un poco inquietos por lo que no se fueron muy lejos. -¿Por qué lo has hecho?
Jorge: ¿Él que?
Nellie: No te hagas el tonto conmigo. Te he pillado con ella amarrada de los pelos y ella me ha dicho que se lo has hecho antes.
Jorge: Porque ella te destruía, tú eres una bella flor y ella una malahierba, yo soy el jardinero y debo podar todo aquello que no te haga verte lo bella que eres.
Nellie: ¡Basta! Tú no eres jardinero de nadie, nunca debiste tocarla. -me giro, le doy la espalda. -Porque tú mo puedes hacerme feliz, las flores que no son felices se marchitan y con el paso del tiempo se pudren, incluso más que las felices. -dije y me fui. Quería entrar en su retorcido juego. Queria que viera que yo era feliz junto a la que él consideraba, una malahierba. Nada más llegar a la altura de Helena, la acaricié, la abracé y la besé. Eso le enfureció.
Nellie: Vámonos Helena, que le den al pringado ese. Y olvídale. Es un gilipollas. La policía se llevó al caballero del burro blanco y armadura de oro, que no le protegía frente a nada y menos frente a mí. Después, ella pidió una orden de alejamiento y los primeros días le acompañaban dos agentes de policía, con el paso del tiempo los policías pensaron que ya no sería necesaria su presencia. Helena aún grita por las noches, se levanta empapada de sudor y mira a Héctor, su hermano, él la acaricia y la cuida. Espero que pronto se le pase, 9 años depués de eso, es mucho tiempo desperdiciado en no tener a alguien que te quiera.

cap. 23: Palizas Al Corazon.

Gonzalo se fue a un entrenamiento militar. Fui con él a su jura de bandera, en La Rioja, se sentía tan satisfecho que ni siquiera se fijó en que yo sufría. Sufría y nadie se fijó porque mis padres siempre estaban fuera de casa y Nora también había perdido al chico de sus sueños, así que no tenía contra quien o que descargar mi ira, mi rabia, mi frustración y sobretodo, mi tristeza. Entonces pensé en Samy pero recordé que se había mudado cerca de su nuevo instituto en Alemania. La había dejado de lado tantas veces que cuando la necesitaba ya no estaba. Helena estaba con Jorge, él como era de Estados Unidos no tenía que ir a misiones, mi tristeza y mi frustación me llevó al alcohol. No era alcohólica, es más casi no bebía pero me lo hacía porque la gente si vas bebida te perdona lo que dices sin pensar. Lo pagué con todo el que tenía los cojones de acercarse a mí, entre mis pintas y haciéndome la borracha. A los viandantes les decía de todo igual que a los coches. El mundo de mierda en el que vivíamos tenía la culpa de que Gonzalo se hubiera ido a hacer de soldadito.
Nellie: La sociedad es muy tonta. Solo se deja llevar por mentiras.
Así pasaron los meses, además no encontraba trabajo, me sentía sola.
Nora: Venga, Nellie, es hora sobreponerse.
Nellie: Nora...
Nora: No puedes seguir así, habla con Helena.
Nellie: No puedo hablar con ella.
Nora: ¿Por qué?
Nellie: Está muy apurada con los estudios y Jorge. No puedo decirla que esté conmigo.
Nora: Nellie, debes hablar con ella. -pero no podía pedirle más tiempo del que disponía, debía estudiar y estar con Jorge. Los padres de Helena la dejaron irse a vivir con él. No muy lejos de su casa, en un chalet recién comprado, con jardín y una piscina enorme. ¡Qué suerte! Ya casi llevaban un año saliendo cuando ella me llamó. Parecía asustada.
Nellie: ¿Sí?
Helena: ¿Nellie, eres tú?
Nellie: Sí. ¿Quién es?
Helena: Soy Helena.
Nellie: ¿Qué pasa?
Helena: Ayúdame... ¡Ayúdame, por favor!
Nellie: ¿Qué pasa? -oí una voz de fondo.
Jorge: ¿Dónde te has metido, cerda?
Nellie: ¿Estás?
Helena: Ayúdame, por favor. -noté como lloriqueaba. Colgué y me fui a su nueva casa, que cuando la ví parecía la casa del mal, empecé a notar cosas raras en esa casa. Mi padre entró el primero, pasaba el primero en las habitaciones hasta que me fui por mi cuenta. Entré en la habitación con más barullo, la cocina, allí estaba tirado por los suelos. Un poco de sangre. la seguí que me llevó a un despacho.
Nellie: Helena. -llamé pero nadie respondió, alguien se movió a mi espalda. Pero no hice ni caso. Había un charco un poco más grande pero no había problema, nadie con ese charco podría morir, ¿por qué estaba siendo tan fría? Empecé a buscarla con desesperación. Los encontré a los dos en el dormitorio, ella con la cara amoratada, él la cogía de los pelos, ver a mi amiga en este estado... Sentí furia y rabia, Jorge no era el caballero que yo pensaba, él era un diablo, un hijo de puta. Cogí un jarrón, me acerqué sin hacer ruido, ella me señalaba y cuando se giró, le dí un golpetazo en la cabeza. Ella se soltó... Se abrazó a mí, vino mi padre y me felicitó.
Papá: ¿Desde cuándo te hace esto?
Helena: Desde hace dos semanas.
Nellie: ¿Y me lo dices ahora? -pregunté enfadada.
Papá: Tranquilízate. Lo que menos necesita ahora es una regañina. -asentí, tenía razón. Llámamos a la policía que vinieron con una ambulancia, aunque él ya empezaba a levantarse. Me daba miedo que la emprendiese otra vez con ella. Vino Héctor, el hermano mayor de Helena, él la cogió, la apoyó y la pidió que le denunciase pero ella no lo hizo, ella le quería. Solo hizo un parte de faltas y pidió una orden de alejamiento.

cap. 22: Wake Me Up When September Ends.

En mi corazón estaba escondido, mi amor hacia Gonzalo pero ahora que estaba con mi hermana no podía decirle nada, hasta que...
Gonzalo: Intentaba olvidarte pero... No puedo. -comienza a llorar. -Siempre estás aquí, -señala su cabeza -no puedo olvidarte. -me puse colorada, no podía imaginar que Gonzalo fuera así, tan sensible, tan frágil. Intenté sentarme, cogí su cabeza y la acerqué a mi corazón. Creo que no hacían falta las palabras pero aún así.
Nellie: Lo siento, Gonza, pero mi corazón te ha elegido. Puede que no te parezca bien, aunque digas que me quieres.
Gonzalo: Ya lo sabía, en cuanto me has acercado a tu pecho... -le prohibí hablar, sellándole con un beso. Un beso que me pareció muy largo. Gonzalo se separó de mí un minuto para poder coger aire.
Nellie: ¿Qué pasará con Nora?
Gonzalo: Ya he hablado con ella. Ha llorado y se ha quejado pero...
Nellie: Ahora mismo me da igual, solo me importas tú. -se quedó asombrado. Su sonrisa sincera... Me iluminó.
Gonzalo: ¡TE QUIERO! -si me volvería adicta a ese tipo de cosas, soy adicta a los "Te Quiero". No puedo parar de pensar en ello. Terminé 4º ESO con Helena y Gonza apoyándome. Pero no había pasado lo peor. Mi hermana me recriminaba que le hubiese quitado a su novio pero me daba igual. Yo era feliz... Era feliz lejos de mi infelicidad. Jorge y Helena lo llevaban muy bien, dentro de poco llevarían 3 meses. Parecían entusiasmados, el verano había llegado y no podía sentirme mejor. Salía con Gonzalo y hacíamos locuras por la ciudad, me llevaba a caballito. Después de esas semanas intensas de verano, llegó septiembre con el otoño a su lado. Llevávamos unos 4 meses cuando me dijo que se había apuntado al Ejército, me puse muy triste y se lo eché en cara, le dije que por qué lo había hecho, solo respondió que lo hacía por nosotros. Tenía miedo, ¿y si le mandaban a algún lado y moría?
Nellie: ¿Qué sería de mí si tú te mueres?
Gonzalo: Por eso te prometo que no me moriré hasta que ya sea viejo y poco después de que te mueras tú. Porque no quiero dejarte sola.
Nellie: pues no vayas. -lo intenté pero Gonzalo ya había hecho las pruebas y había pasado. Solo quedaba hacer el chequeo psicológico... Nora me picaba mucho con lo de Gonzalo, pero no tenía ganas de replicarla, ya lo hacía mi madre por mí. Mi madre conocía a la madre de Gonzalo, Consuelo lo estaba pasando fatal, tenía el mismo miedo que yo y si Gonzalo no volvía nunca.
Consuelo: Penélope, es que me siento tan mal... Y ¿si lo matan? No va a la guerra pero si muere en una misión de paz ¿qué haré yo? Es todo lo que me queda de familia. Los padres de Gonzalo se habían divorciado siendo él muy pequeño, tanto que no se acuerda de su padre. Y la hermana gemela de Gonza acabó viviendo con su padre. Pero ya no volverieron a saber de ellos.
Gonzalo: Nellie, pronto volveré ¿vale? Toma. -me entrega un colgante con una foto suya dentro.
Nellie: Gonzalo eso no me servirá, si no puede abrazarte, es como si todo hubiera acabado. Porque yo te necesito aquí, siento ser tan egoísta pero no quiero que te vayas. Me voy rebelar, no quiero que te vayas. -me sentí tan frustrada... Quería ser aquella chica que decía Green Day, quería rebelarme contra la decisión de mi chico. Era egoísta pero era normal que me sintiera así porque nadie más me comprendía.

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