lunes, 28 de junio de 2010

cap. 49: ¡Fiesta!

Nellie: Me gustaría pero si veo a Gustav, sé que la armaré, no me apetece verle.
Helena: Vámonos tú y yo al Kudeta.
Nellie: Eso, como nos cuelan, no hay problema con la edad de Nora.
Nora: Eso que yo quiero ir. Vente Bill, deja un poco de lado a la banda.
Nellie: Que se te ven las intenciones, sister.
Bill: Claro, ¿por qué no?
Helena: Nora, llama a tu amiga, Carla.
Nora: Es Karla, con K. -la mira mal. Se pone a hablar con su amiga, que dice que no tiene problema en colarnos.
Nora: Gracias, Karlita.
Bill: Pues nada, vamos ¿no?
Nellie: Pues claro. -me pongo a vestirme delante de Bill. Él no tiene problema. Él elige nuestra ropa. El de mi amiga es el de la izquierda, con unos tacones altos blancos y unos lazos blancos en la melena. El mío también es negro, el de la derecha, con unas sandalias romanas con tachuelas y unos pendientes largos con corazones de plata, mi pelo recogido en una coleta. Bill nos mira y nos remira, nos cambia algunas cosillas por aquí y por allá. Nos miramos en el espejo, estamos guapísimas e incluso cambiadas. Nadie me reconocería así.
Nora: Ahora me toca a mí.
Bill: Claro. Vén morena de bote.
Nora: Malo... ¿Cómo lo sabes?
Bill: Por las fotos. Me gusta más tu pelo natural. -ella se sonroja.
Helena: Venga, queremos ver que le pones a ella.
Bill viste a mi hermana con un minivestido muy bonito, rojo, el que aquí os pongo, con unas manoletinas rojas y con una diadema también roja. ¡Qué guapa estaba!
Bill: ¡Qué guapa estás!
Nellie: ¿Y tú qué, Bill?
Bill: Yo así voy bien.
Helena: Claro, como Bill es famoso le dejarían entrar hasta en gallumbos de mercadillo. -Bill la mira mal pero luego se ríe. Cogemos el metro hasta una parada, que ahora mismo no recuerdo, y luego un autobús, el búho 903, creo.
Bill: Ahora que me acuerdo. Nuestro mánager nos dijo que teníamos que ir a una discoteca, donde van todos los famosos y...
Nora: Ahí es donde vamos.
Bill: Posiblemente nos encontremos con los chicos. -ya no quiero ir, si me voy a encontrar con Gustav. Helena me agarra del brazo y murmura unas palabras de consuelo. Ella está nerviosa, verá a Tom desde hace un año.
Nora: Ya hemos llegado. -en la puerta nos espera una chica muy guapa. -¡Karlita! Mira con quien vengo. -y señala a Bill.

cap. 48: Inseguridad.

Cada vez tengo más inseguridad, encima ya solo quedan dos meses para que él vuelva a por mí. Gonzalo no paró de llamarme pero no dejé que fuese más allá de besos en la mejilla. Helena no se fue de casa al final pero los problemas no tardarían en reaparecer. A Penélope la echaron  de su trabajo, estaban haciendo recortes. Así que la economía bajó un poco, teníamos un montón de ahorros pero no era en plan de seguir como siempre, el dinero para comprar se bajó a 200€ por persona. Así que, Nora, Helena y yo íbamos juntas de compras y así poder gastar un poco más. Unos meses después, mi madre fue recontratada en otra empresa con mayor sueldo.
Nellie: Papá, Penélope, he decidido irme con Gustav cuando él venga por mí.
Damián: ¿Seguro, cariño?
Nellie: Sí, cuando él me recoja, me iré con él en sus giras.
Penélope: De acuerdo.
Damián: Cielo, no podemos dejar que nuestra hija se marche así sin más.
Penélope: Tiene 19 años, creo que es suficiente mayor para saber lo que quiere.
Nellie: Gracias, Penélope. -me marché, mientras recorría el pasillo hacía las escaleras.
Damián: ¿Por qué la dejas ir?
Penélope: No creo que ese chico vaya a venir por ella, no ha recibido ningún email, ni mensaje. Además en la revista de Nora veníaque se le había visto acompañado de una chica pelirroja yendo a cenar y a una discoteca. ¿Qué? -pensé. -No puede ser, Gustav vendrá a por mí. Él me quiere. Me prometió que vendría a por mí, mañana vendrá con sus cálidos brazos y me abrazará y me besará, y mientras vamos al avión, haremos el amor, sin que el chófer nos mire.
Pero a la mañana siguiente no vino nadie, ni por la tarde, recibí un SMS de él, diciéndome que todo se había retrasado un poco que hasta dentro de un mes o más no vendría, respondí su SMS con otro llamándole mentiroso. Ví en la revista de Nora que lo que decía mi madre era verdad, se habían besado y abrazado e incluso, se notaban que lo habían hecho. Entonces sonó mi móvil.
XxX: Hola.
Nellie: ¿Quién? -dije sollozando.
XxX: Soy Bill.
Nellie: Ah, hola, Bill.
Bill: ¿Qué te pasa?
Nellie: Nada. ¿Qué tal la gira?
Bill: Pues nada, mañana irá Tom a recoger a Helena.
Nellie: Entonces, tienen razón. -susurré.
Bill: ¿Qué pasa?
Nellie: Me ha mentido. ¿Por qué lo hizo?
Bill: Pásame con Gus, anda.
Nellie: No está.
Bill: Anda, deja las bromitas.
Nellie: No está... -empecé a llorar.
Bill: Pero, si iba a verte ahora...
Nellie: No está. Él me engañó. Yo... soy una estúpida.
Bill: Espera, ahora voy para allá. -él me colgó. Gustav estaba con otra, ¿qué hice mal? ¿Eh, Gustav? Podrías haberme llamado. Y decirme que ya no me querías, hubiera callado, hubiera llorado pero te habría dejado de esperar como una niña que espera que su conejito reviva. Me metí en mi baño, me preparé la bañera, cerré con pestillo, pusé mi música muy alto y me sumergí. Amy Lee gritaba letras de Going Under, y yo hacía lo mismo que ella, ahogándome en mis propias lágrimas. Oí el murmullo del tono de mi móvil, me estaba quedando sin aire, tenía que salir. Emergí con falta de aire, Helena gritaba al otro lado de la puerta, decía que Bill venía hacia aquí, que esperara, que Bill me contaría la verdad.
Nellie: Yo sé la verdad, él no quiere estar conmigo.
Helena: Eso no es cierto.
Nellie: Sí lo es. ¿Por qué siempre me enamoro de los que me hacen más daño? Soy idiota. -me volví a sumergir en la bañera. Después de mucho tiempo, el agua estaba congelada pero me daba igual. De repente, alguien llamó a la puerta. No contesté. Siguieron llamando.
Nellie: ¡Qué me déjeis en paz!
XxX: Abre, soy Bill.
Nellie: No.
Bill: Venga, no me seas tozuda.
Nellie: No. ¿Por qué me ha hecho esto? Yo te prometí que no le haría daño Bill, ¿ahora que hago yo con este roto corazón?
Bill: Lo siento, Nellie.
Nora: Nellie, sal, por favor.
Nellie: No pienso salir hasta que él venga y me cuente la verdad. Que sea sincero como yo lo fui con él. -de repente, unos golpes en la puerta, querían derribarla. Emergí de nuevo, me puse el albornoz y quité el pestillo. -Ya estoy aquí, ¿qué os pasa? Una no puede ni bañarse ni sufrir.
Bill: Siento lo de Gustav.
Nellie: Da igual. Sabía que no me quería, la pena es que yo me lo creí como una tonta.
Helena: ¿Qué te parece que hoy vayamos a la discoteca?
Nellie: Claro que sí. Un poco de fiesta me vendrá bien.
Bill: Veniros con nosotros.

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Hola lectores.

En este apartado solo os quiero dejar un par de descargas para ver la historia con todo su esplendor. Yo he puesto como fuente de la página unas letras personalizadas. Aquí os dejo para que os la descargueis.

Graziias!!=)

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